Las elecciones de este fin de semana marcan un cambio de rumbo para la sociedad chilena y en especial para la educacion. Los representantes mas conocidos de los movimientos sociales dejarán las calles para integrarse al congreso. 4 jovenes dirigentes estudiantiles tendran que responder a sus electores, ahora que entraron al parlamento. Desde allí, continuarán su cruzada, atacaran al lucro sin piedad y probablemente construirán un muro separando la educacion publica de la privada. Esta ultima será demonizada y perseguida hasta su extinción. El capital privado será sospechoso y terminará desapareciendo de las aulas. Es probable que los excesos de algunos sostenedores sin escrúpulos les den alguna justificación y sus premisas, reforzadas por una elección popular, podrían rígidizar su razonamiento. Yo apoyo los cambios profundos que necesita nuestra educación en la medida que beneficien al país.
Ojalá estos 4 jóvenes no se olviden de la bandera que los llevo a estas alturas: una educacion de calidad. Si siguen fieles a este principio, creo que el rumbo cambiará en la direccion correcta. Sobre todo, si son capaces de analizar las consecuencias de largo plazo de sus actos, entonces tendrán perspectiva suficiente para evitar un descalabro de proporciones. Porque no deben caer en fundamentalismos.
La educacion privada, medida en función de resultados académicos versus la inversión en tiempo y recursos, es de mejor calidad que la educacion publica. Esta verdad, tan grande como una catedral, la conocen la mayoría de sus nuevos colegas. Sus hijos estudian en colegios privados o emblemáticos, es decir, estudian en la elite académica. Es muchísimo mas eficiente y tambien muchísimo mas injusta. Es selectiva y económicamente inaccesible. Elitista por diseño. Solo le pediría a estos jóvenes que antes de enterrarla, intenten comprender las razones de fondo de esta mayor eficiencia, sin buscar las respuestas ideológicas. Tengo la impresion de que la educacion publica está maniatada por una burocracia que no le da agilidad para adaptarse a los cambios. Y cuando existen cambios de rumbo tan marcados como el que parece avecinarse, entonces solo las instituciones adaptables podrán sobrevivir. Hay un gran peligro en cambios que mantengan las ineficiencias. Ocultar las ineficiencias de la educación pública, eliminando la eficiencia de la educación privada no ayuda a lograr mayor calidad. Puedo estar equivocado, pero ante cambios profundos, prefiero tener capacidad de reacción. Solo quiero comentar que el capital privado es injusto pero fluido.
La gratuidad total tambien parece apuntar en direccion a la equidad. Pero tambien apunta en la direccion de la flojera. Las experiencias internacionales demuestran que el sentido de urgencia para lograr una titulación oportuna, se pierde con la gratuidad. Es cierto que la cancha se nivela, pero el pasto crece y la velocidad de desplazamiento se reduce considerablemente. Chile no puede darse el lujo de tener jóvenes lentos e irresponsables.
Quiero apoyar a estos jóvenes porque tienen legitimo derecho a proponer un modelo educacional distinto. Llevamos demasiados años haciendo lo mismo y los resultados no nos permiten enorgullecernos. Quiero pensar que el cambio de rumbo apuntará hacia la calidad. Que considerará la necesidad de preparar a nuestros jóvenes para el cambio inexorable. Que premiará el esfuerzo y la responsabilidad y que propondrá una sociedad mucho mejor de la que les entregamos. Confío en que sabrán elegir mejor y que viviremos en una ambiente mas armónico y sustentable. De ellos depende.
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