Ayer
me tocó dar una charla TED. Un evento de prestigio internacional orientado a
compartir ideas para generar cambios. Nada sucedió de acuerdo a lo planificado,
pero después de “conectar los puntos” todo sucedió, como sucedió, por una buena
razón.
Comenzó
la conferencia con una charla de María Gracia Subercaseaux. Ella es un ser de
luz, que hace honor a su nombre. Una mujer que decidió desnudarse y
fotografiarse para no perder momentos en la fragilidad de la memoria. Desafió
los prejuicios de una sociedad conservadora y mostró su realidad sin corazas ni
protecciones. Por supuesto que la juzgaron, pero lo importante es que tuvo el
coraje de atreverse a hacer arte con ella misma.
Sabía
lo que hacía y sospechaba que tendría que pagar un alto costo por seguir sus
instintos. Se atrevió a desafiar las convenciones y los prejuicios. Pero igual
decidió usar la fotografía para conservar ciertos momentos. Y usar su cuerpo
desnudo como medio para expresarse. Según sus propias palabras, desnudó su alma
en respuesta a la pérdida de su hermano. Quiso conservar instantes preciosos.
Respetando
e incluso amando el pasado, estaba condenada-por naturaleza- a avanzar y
desafiar los convencionalismos sin olvidar sus raíces. ¡Qué bella forma de
desafiar y homenajear el “status quo”!
Ningún
preámbulo podría ser mejor para lo que yo tendría que decir. Pensaba…
Luego
vino la charla de Javier Traslaviña, un diseñador que contó cómo se preparó
para correr su primera maratón, comparándolo con su trabajo profesional. La
gran conclusión que propuso es que lo importante es el proceso de preparación
más que la carrera misma y compartió las lecciones que aprendió durante ese
período.
Entonces
pasó algo más inesperado. De los miles de videos TED, la organización decidió
proyectar el de Benjamín Zandler, un director de orquesta que puede conmover
enseñándonos a apreciar la música clásica. Su propuesta es famosa y demuestra
que un maestro hablando con pasión de aquello que lo inspira puede tocar
nuestros corazones y llenar nuestros ojos de lágrimas. Ojos brillantes, es lo
que espera lograr en su auditorio. Un video que todos los profesores deberían
ver.
Antes
de comenzar a hablar, ya se había dicho lo esencial de mi charla: a)
Continuamente hay que cambiar la forma en que hacemos las cosas, en especial en
la educación. ¡Hay que vivir sin prejuicios! b) La vida es un proceso de
aprendizaje en etapas donde aprendemos lecciones en función de la amplitud de
nuestra consciencia y c) Debemos ver ese proceso como un flujo continuo para
comprender lo maravilloso de nuestra existencia y lo agradecidos que debemos de
estar con la vida.
Una
vez más, las sincronías me confirmaban: nada sucede por azar.
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