Chile lidera por primera vez los resultados de la prueba PISA en Latinoamérica. Este es el titular de El Mercurio en el día de hoy. Y se agrega: Pese a ello, están por debajo del promedio de los países de la OCDE, organización que aplica el test.
Es cierto, tenemos mucho espacio para mejorar. No podemos ser complacientes.
En La Tercera, el titular es el siguiente: Prueba PISA: Chile sube dos puntos en Matemática, pero sus resultados se estancan. También es efectivo, mejoramos muy poco.
En una radio, escuché a un economista, señalando que la brecha con los países de mejores resultados solo podría ser eliminada en 100 años. Esta mirada es bastante crítica, pero refleja la distancia sideral que tenemos con otros modelos educacionales.
Son diferentes lecturas para interpretar los resultados de una prueba estandarizada, que pretende medir la calidad educacional de un país.
Lo que se pierde de vista es que PISA es una prueba cuyos resultados están estrechamente correlacionados con el capital cultural de ese país. PISA mide cultura. Es natural que países con culturas milenarias obtengan mejores resultados. Es razonable que en la OCDE estemos lejos de los mejores. Desde esta perspectiva, los resultados demuestran que Chile está progresando por sobre países con similares características. Considerando el contexto, vamos avanzando.
Pero no es menos cierto, que en los últimos 3 años, Chile se ha estancado. Los movimientos estudiantiles han reorientado el debate educacional a temas que, aunque importantes, no necesariamente apuntan hacia la calidad. Nuestras autoridades educacionales han estado en los últimos años, "apagando incendios" y se nota. Las políticas públicas, la PSU, el ranking, las acreditaciones, los ministros y en general los grandes temas educacionales han estado marcados por los vaivenes de la contingencia. No hemos logrado mantener la dirección positiva y consistente que nos había destacado como un país ejemplar entre nuestros pares. Conservamos el liderazgo, pero no cabe duda de que estamos perdiendo el norte.
Desde nuestra perspectiva, los resultados PISA son un llamado de alerta. Nuestra educación requiere un grado de estabilidad que apunte hacia la calidad sin ambiguedades. No podemos permitirnos una educación diseñada con "parches" de último minuto. La estabilidad en materia educacional debe primar por el bien del país.
Nuestra interpretación de los resultados PISA es que en los últimos años, el MINEDUC y los políticos de este país no han logrado consolidar reglas del juego estables que permitan a los colegios y universidades, implementar procesos que acorten la brecha con los países OCDE. Ibamos bien encaminados, y ahora, legislando con urgencia y sin convicción, estamos más lejos. Una alerta para tener en cuenta durante el próximo gobierno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario