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miércoles, 25 de diciembre de 2013

Nuestra confusión y la claridad del Dalai Lama

Ya de regreso en Santiago y después de pasar Nochebuena con la familia, tengo que confesar que estoy confundido.

Dehli representa mucho de lo que siempre he querido erradicar de nuestra sociedad chilena: la corrupción, la basura, la desigualdad, la basura, las bocinas, la basura, el tráfico, la basura... Uno no aprecia lo que tiene, cuando no tiene verdadera conciencia de aquello que ha dado por hecho.
Pero no lo digo por conformidad, puesto que solo el mediocre se contenta al compararse.  Lo digo por la enormidad del desafío que tenemos para lograr una sociedad justa. Estamos mucho mas lejos de lo que yo pensaba. Oriente y Occidente tienen un abismo entre ellos, que separa 2 visiones de mundo radicalmente distintas. Somos mucho mas frágiles de lo que yo pensaba. La vida humana pende de un hilo muy delgado. 

Crear una consciencia planetaria es un sueño que no se conseguirá sin despertar a India. Y ese despertar puede sobresaltar a Occidente. Dehli no es sustentable. Me parece que los Indios estan dormidos, aceptando condiciones materiales que no se justifican en el siglo 21.

Y entonces, aparece la confusión. 

Crear una consciencia planetaria no es posible sin despertar a Occidente. Santiago tampoco es sustentable.  También estamos dormidos, aceptando condiciones morales que condenan a nuestros hijos. 

Entonces cobran relevancia las sabias palabras del Dalai Lama, cuando nos invita a crear puentes entre Oriente y Occidente. Cuando propone que la educacion se haga cargo de despertar al oriental de su sueño interior y que lo haga co-responsable de las condiciones de vida que tiene y continúa señalando que debe hacerse cargo de despertar al occidental de su sueño exterior, haciéndolo co-responsable de las condiciones morales que lo rodean.

Oriente, vive en un mundo interior, en un mundo emocional, donde el pensamiento puede ser controlado, meditando y tomando consciencia de las consecuencias de lo que ocurre en nuestra mente. Oriente ha desarrollado la ciencia de la mente y ha descubierto que el bienestar interior, aquello que nosotros llamamos felicidad se encuentra al interior del ser humano.

Occidente, vive en un mundo exterior, en un mundo racional, donde la realidad es concreta y puede ser controlada por nuestra conducta y especialmente tomando consciencia de las consecuencias de nuestras acciones en el entorno en que vivimos. Occidente ha desarrollado la ciencia de lo material y ha descubierto que nuestras condiciones de vida dependen de nuestro comportamiento.

Ambas visiones de mundo se necesitan mutuamente. Oriente no es sustentable, porque las condiciones de vida son insuficientes. Occidente no es sustentable, porque no proporciona la felicidad  que promete. Si ni Oriente ni Occidente son sustentables, entonces, ¡el ser humano no es sustentable!

La educacion es la esperanza del ser humano. En la medida que tienda puentes entre ambos mundos: el interior y el exterior; la educacion logrará despertar al hombre a tiempo para darse cuenta de que la vida es una moneda de 2 caras y que para sobrevivir como especie necesitamos el pensamiento oriental y el comportamiento occidental. 

Solo así, la confusión actual será reemplazada por la armonía de una vida con sentido.



1 comentario:

  1. Hola Cornelio, las dos visiones de mundo que has experimentado son una apertura de conciencia gigante. Diferencias tan grandes como no podemos imaginar sin ir a India. Desarrollo del mundo interno (espiritualidad) vs. desarrollo del mundo externo (materialidad) tienen que convivir, nos guste o no. Dos puntos buenos para todos los estímulos que acercan estos dos mundos: internet, globalización, des-ideologización, etc.

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