La Pedagogía Integral es un proceso pedagógico orientado a la
expansión gradual y progresiva de la conciencia individual siguiendo los
principios de la Dinámica Espiral de Clare Graves y Don Beck y el Enfoque Integral de Wilber.
Un proceso de desarrollo humano que forma profesores integrales.
a) La Dinámica Espiral:
Parte del supuesto que la naturaleza humana se adapta a los
cambios, construyendo nuevos paradigmas para resolver los problemas que le
presenta su medio ambiente y que no se pueden resolver con su actual
cosmovisión.
Solo entonces, enfrentado a una crisis existencial, el ser humano cuestiona las
viejas creencias con las cuales interpretaba la realidad y reconstruye un mapa
más completo con nuevas y más amplias premisas. Un nuevo mapa que expande su consciencia o aumenta la
cantidad de información que puede procesar conscientemente; que le permite ver
las cosas desde una perspectiva más amplia, que lo hace madurar.
El desarrollo humano, entonces, es impulsado por la búsqueda de
respuestas que satisfagan nuestra natural curiosidad en el intento permanente
por encontrar mayor bienestar y satisfacción, tanto en lo personal como en lo
colectivo.
La Dinámica Espiral propone un modelo de desarrollo en etapas
progresivas. Una especie de escalera de caracol que subimos peldaño a peldaño, hacia una madurez
más profunda. Donde cada etapa corresponde a un nivel de consciencia…un sistema de creencias...un
paradigma. Para pasar a la siguiente etapa, se requiere una expansión de
consciencia… se necesita despojarse de algunas creencias obsoletas y madurar. Cada etapa incluye y trasciende a la etapa
anterior de modo que lo aprendido no solo ha sido necesario sino que también es
el peldaño donde nos apoyamos para seguir subiendo. Es decir, desde esa nueva
perspectiva podemos comprender como se ve el mundo a esa altura y como se veía
desde una altura inferior. Pero no podemos imaginar como se ve desde el
paradigma siguiente.
La percepción y la interpretación de la realidad es diferente
según el nivel de desarrollo en que estamos. Y como nuestra forma de entender
al mundo está tejida por nuestra historia y experiencias, entonces es lógico
que el paradigma en que nos encontramos dependa de las condiciones en que
estamos viviendo. En consecuencia, nuestra madurez depende de nuestras
circunstancias. Algo que comprueban todas las pruebas estandarizadas, pero que
desde un paradigma incompleto, interpretamos como segregación educacional.
Ahora bien, la expansión de consciencia cambia todo: nuestras
premisas, nuestras interpretaciones, nuestras motivaciones y nuestra capacidad
para resolver problemas.
Por eso, postulamos que los problemas de la educación se resuelven
en otro paradigma. En un paradigma más evolucionado, el paradigma integral…
b) El enfoque integral
Según este enfoque, necesitamos una nueva forma de mirar. Nuestros
sentidos actúan como verdaderos filtros. Lo que percibimos no es la realidad,
puesto que hay muchos colores, sonidos, sabores y sensaciones que quedan fuera
del rango perceptible. A lo más, es una realidad parcial. La primera consideración que debemos tener es que la
realidad es muchísimo más rica y tiene considerables más matices que los que
nosotros, los humanos distinguimos. Hay muchas cosas que no somos capaces de
percibir, pero que están sucediendo a nuestro alrededor.
Necesitamos comprender que nuestros sentidos filtran la
información que percibimos desde el exterior y ya en nuestro interior, las emociones la afectan. Lo que
procesamos es parcial, en tanto incompleto, cuanto sesgado. Usamos anteojeras…
Y como con esas anteojeras construimos nuestras creencias,
entonces necesitamos aprender a percibir desde la perspectiva más amplia
posible.
Para resolver este problema, Ken Wilber, un filósofo
norteamericano, nos propone integrar las diferentes perspectivas básicas y usar
un mapa que contemple información desde al menos 4 puntos de vista distintos al
distinguir entre el mundo interno y el mundo externo; y entre lo individual y
lo colectivo. Genera así un modelo de cuadrantes básicos: el
interior-individual; el exterior-individual; el interior-colectivo y el
exterior-colectivo. Con este enfoque se pueden integrar las 4 perspectivas básicas: la
personal, la cultural, la objetiva y la sistémica. Todas ellas contribuyen con
información relevante, pero esencialmente parcial, para que podamos construir
una visión panorámica más representativa de la realidad.
Esta forma de procesar la información, nos provee de un mapa -el
más completo que conocemos- para recorrer un territorio desconocido. Nos invita
a mirar integrando diferentes perspectivas. Nos invita también a aceptar que la perspectiva del otro también aporta información valiosa y a reconocer que siempre podemos agregar una nueva mirada que amplíe el panorama.
Estos fundamentos nos permitirán diseñar una educación que se
defina como un proceso de desarrollo en etapas progresivas hacia la madurez del
ser humano interna y externamente; individual y colectivamente. Hacia la
armonía del pensamiento y del comportamiento humano, de su cultura y de la
sociedad, en el contexto del planeta que habitamos. Una educación para la
consciencia planetaria, una educación verdaderamente integral.
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