Los
extraordinarios avances de la ciencia y la tecnología, permitieron que nuestra
generación creara un nuevo mundo: Internet, ese mundo virtual e interconectado
desarrollado por gente como Steve Jobs. La red digital donde se criaron
nuestros hijos. Y fue en ese ambiente que se
transformaron en una nueva especie de seres humanos. Son nativos
digitales y aprendieron a vivir en un mundo dinámico, complejo, plano, sin
jerarquías, virtual e instantáneo. Tienen, desde nuestra perspectiva histórica,
verdaderos superpoderes. Son literalmente, ¡superhombres!

La
mayoría de los “hijos del milenio” aun está estudiando. Y reclaman con razón,
porque intentamos enseñarles a vivir en nuestro viejo mundo estático y
obsoleto. La próxima gran transformación es en la educación. Los nuevos
estudiantes son activos, curiosos y multifuncionales. Necesitan aprender a
aprender. Es lo mínimo que esperan de una educación para vivir en el siglo 21.
La
educación fragmentada, jerarquizada y estandarizada propia de un modelo
industrial está condenada a desaparecer. Necesitamos diseñar una educación orgánica
e integral orientada a “enseñar a aprender”.
La
gran metamorfosis que transformará a la educación irá desde la enseñanza de
contenidos históricos hacia el aprendizaje de competencias (sociales y disciplinarias)
para llegar rápidamente al autoaprendizaje colaborativo en red orientado a generar
nuevo conocimiento de carácter inter y transdisciplinario. Lo que debe cambiar es la forma de educar.

¡Dense por advertidas!
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