La neurociencia nos ha demostrado que nuestros ancestros estaban en lo cierto. Pensamos con el cerebro, con el corazón y con nuestras entrañas. Nuestras visceras y nuestro corazon, tienen neuronas, producen hormonas, procesan información y conforman parte importante de nuestro sistema nervioso. Aparte de la conocida distinción entre los hemisferios derecho e izquierdo, para usar eficientemente todo el potencial de nuestro organismo, necesitamos conectar estos sistemas, que normalmente operan en forma independiente. Nuestra razón, nuestra emoción y nuestra intuición, tienden a asumir el control, porque los sistemas están desconectados. Entonces actuamos en función del sistema dominante. A veces, nuestra emoción nubla nuestra razón o nuestra razón oscurece a nuestra intuición. Una de las principales funciones de la educación integral -tal como la entendemos nosotros- es conectar las neuronas del corazón, de las entrañas y las de cada hemisferio del cerebro. Así, integrando nuestras mentes, logramos procesar la información en forma holística y no fragmentada. La creatividad, la capacidad de síntesis, el aprendiza conceptual y la expansión de conciencia necesitan la conversación entre nuestras mentes. Cerebro, corazón y entrañas colaboran para guiarnos hacia el bienestar.
Como nuestra arquitectura neuronal está intrínsecamente relacionada con nuestra historia y las relaciones que establecemos con los demás, podemos inferir que una educación que privilegie el aprendizaje colaborativo en un ambiente de confianza, protegido y cariñoso, generará mentes sanas, saludables y llenas de potencial. De eso trata la integración de conexiones neuronales que buscamos.
Eso es lo que entendemos por educación de calidad. Educar para desarrollar mentes integrales. Educar para pensar holísticamente, ampliando posibilidades, expandiendo la conciencia y multiplicando perspectivas.
Y en ese tipo de educación, el profesor es literalmente un escultor de mentes saludables...
Y en ese tipo de educación, el profesor es literalmente un escultor de mentes saludables...
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