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martes, 10 de septiembre de 2013

Educación para despertar


La educación es un proceso continuo de despertar de varios sueños… Cada sueño está tejido por nuestras creencias y se supone que nos enseña algo muy importante. Una vez que aprendemos la lección, despertamos… Solo para descubrir que seguimos soñando.

El primer sueño que tenemos, es todo un misterio. Es el sueño del asombro. Buscamos explicaciones por todas partes. Todo nos llama la atención. La idea detrás de este sueño es que descubramos el potencial de la curiosidad. Cuando lo hacemos, entonces despertamos. Ahora poseemos una curiosidad que impulsará nuestra vida.

El segundo sueño nos enseña a combatir por nuestra supervivencia y a encontrar nuestra identidad. ¡Somos únicos! Y debemos darle una oportunidad a nuestra vida (es una propuesta asombrosa). Hay algo en lo que somos extraordinarios…y ¡por eso merecemos vivir! Cuando aprendemos esta gran lección, despertamos de ese sueño. Conscientes de nuestra especial identidad, sabemos que el viaje es personal.

Entonces comprendemos que no estamos solos y que estamos jugando un juego… Es el sueño que nos enseña a distinguir lo correcto de lo incorrecto. Y actuar en consecuencia. Vivimos en comunidad y necesitamos comportarnos como seres sociales. Aprendemos a respetar las reglas. Somos parte de un equipo (el bien) y debemos derrotar al otro (el mal). ¡Recién entonces despertamos! Ahora tenemos sólidos valores y principios que guiarán nuestro camino.

Esta vez para descubrir que la vida es una competencia y que debemos hacer nuestro mejor esfuerzo para tener éxito. Somos responsables del resultado que logremos con nuestras vidas. La competencia es feroz, porque todos quieren ganar y también harán lo mejor que puedan. En este sueño, debemos entrenar, desarrollar nuestros talentos y diseñar una estrategia para aprovechar cualquier oportunidad y ¡entonces despertamos! Habiendo adquirido ese espíritu de superación, continuamos avanzando.

Ahora pensamos que estamos inmersos en una aventura individual de exploración por territorios desconocidos. Aquí aprendemos una lección en función de nuestra historia y experiencias. Que nuestra verdad es solo nuestra y que los demás tienen la suya. ¡Y todas son válidas! Aprendemos a respetar la diversidad y comprendemos el concepto de la relatividad. ¡No hay absolutos! La verdad es relativa e individual… y que en la verdad del otro, expandimos la nuestra. El todo es más que la suma de las partes. Entonces, habiendo encontrado la sinergía, volvemos a despertar!

Luego, descubrimos que estamos intentando resolver un rompecabezas. Necesitamos unir las piezas y no tenemos la imagen de fondo. La idea de este sueño es aprender a distinguir patrones y tendencias en el enorme océano de piezas desconectadas, y ser capaces de descubrir las pistas para conectarlas y sintetizarlas. Solo cuando somos capaces de resolver el rompecabezas, despertamos.

Para descubrir que estamos tejiendo una idea. Nuestra vida no es un simple pensamiento individual. Se trata de una idea que se relaciona con otras ideas para formar una idea colectiva que construimos al entrelazar todos nuestros pensamientos.  Nuestras vidas son ideas que se conectan para crear una profunda reflexión universal. Porque cada uno de nosotros debe aprender lo suyo, para ampliar nuestra perspectiva y juntos crear una cultura verdaderamente consciente. Cuando hacemos esto despertamos.

El ser humano que logra vivir con la curiosidad del niño, una clara identidad, sólidos valores, manteniendo un gran espíritu de superación, aprovechando la sinergia y su capacidad de síntesis, para tomar consciencia del verdadero sentido de su vida, recién comienza a despertar.

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