La educación es un proceso continuo de despertar de
varios sueños… Cada sueño está tejido por nuestras creencias y se supone que nos
enseña algo muy importante. Una vez que aprendemos la lección, despertamos… Solo
para descubrir que seguimos soñando.
El primer sueño que tenemos, es todo un misterio. Es
el sueño del asombro. Buscamos explicaciones por todas partes. Todo nos llama
la atención. La idea detrás de este sueño es que descubramos el potencial de la
curiosidad. Cuando lo hacemos, entonces despertamos. Ahora poseemos una
curiosidad que impulsará nuestra vida.
El segundo sueño nos enseña a combatir por nuestra supervivencia
y a encontrar nuestra identidad. ¡Somos únicos! Y debemos darle una oportunidad
a nuestra vida (es una propuesta asombrosa). Hay algo en lo que somos
extraordinarios…y ¡por eso merecemos vivir! Cuando aprendemos esta gran
lección, despertamos de ese sueño. Conscientes de nuestra especial identidad,
sabemos que el viaje es personal.
Entonces comprendemos que no estamos solos y que
estamos jugando un juego… Es el sueño que nos enseña a distinguir lo correcto
de lo incorrecto. Y actuar en consecuencia. Vivimos en comunidad y necesitamos
comportarnos como seres sociales. Aprendemos a respetar las reglas. Somos parte
de un equipo (el bien) y debemos derrotar al otro (el mal). ¡Recién entonces
despertamos! Ahora tenemos sólidos valores y principios que guiarán nuestro
camino.
Esta vez para descubrir que la vida es una competencia
y que debemos hacer nuestro mejor esfuerzo para tener éxito. Somos responsables
del resultado que logremos con nuestras vidas. La competencia es feroz, porque
todos quieren ganar y también harán lo mejor que puedan. En este sueño, debemos
entrenar, desarrollar nuestros talentos y diseñar una estrategia para
aprovechar cualquier oportunidad y ¡entonces despertamos! Habiendo adquirido
ese espíritu de superación, continuamos avanzando.
Ahora pensamos que estamos inmersos en una aventura
individual de exploración por territorios desconocidos. Aquí aprendemos una
lección en función de nuestra historia y experiencias. Que nuestra verdad es
solo nuestra y que los demás tienen la suya. ¡Y todas son válidas! Aprendemos a
respetar la diversidad y comprendemos el concepto de la relatividad. ¡No hay
absolutos! La verdad es relativa e individual… y que en la verdad del otro,
expandimos la nuestra. El todo es más que la suma de las partes. Entonces,
habiendo encontrado la sinergía, volvemos a despertar!
Luego, descubrimos que estamos intentando resolver un
rompecabezas. Necesitamos unir las piezas y no tenemos la imagen de fondo. La
idea de este sueño es aprender a distinguir patrones y tendencias en el enorme
océano de piezas desconectadas, y ser capaces de descubrir las pistas para
conectarlas y sintetizarlas. Solo cuando somos capaces de resolver el
rompecabezas, despertamos.
Para descubrir que estamos tejiendo una idea. Nuestra
vida no es un simple pensamiento individual. Se trata de una idea que se
relaciona con otras ideas para formar una idea colectiva que construimos al
entrelazar todos nuestros pensamientos. Nuestras
vidas son ideas que se conectan para crear una profunda reflexión universal. Porque
cada uno de nosotros debe aprender lo suyo, para ampliar nuestra perspectiva y juntos
crear una cultura verdaderamente consciente. Cuando hacemos esto despertamos.
El ser humano que logra vivir con la curiosidad del
niño, una clara identidad, sólidos valores, manteniendo un gran espíritu de
superación, aprovechando la sinergia y su capacidad de síntesis, para tomar
consciencia del verdadero sentido de su vida, recién comienza a despertar.
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