Juventud, ¡divino tesoro!
Todos ustedes tienen algo maravilloso.
Juventud.
No se trata de la queja de un
viejo que los mira con envidia… sino más bien, de la esperanza de un educador
experimentado que confía en lo que su juventud les permitirá lograr: el cambio
cuántico de la educación. Porque el cambio no se logra por decreto. No se
genera de arriba hacia abajo. El cambio debe generarse dentro del aula. Parte
de una inquietud de los estudiantes. Y los hemos escuchado expresar su
descontento con mucha claridad.
Los educadores sabemos que el cambio es
necesario. Lo que no sabemos, es COMO
lograrlo. No tenemos las herramientas para hacer un diagnóstico certero, porque
usamos viejos anteojos. No vemos bien. Y peor aun, no vemos que no vemos.
Ustedes han vivido toda su vida en una
cultura planetaria. Porque en los últimos 30 años, la tecnología ha cambiado a
nuestra civilización. Por ser jóvenes, ustedes usan anteojos nuevos. Anteojos
que les permiten acceder al conocimiento global-el conocimiento acumulado por
miles de generaciones y que refleja la experiencia y la sabiduría que ha
adquirido el ser humano durante su proceso evolutivo.
Todo lo que sabemos, está disponible en
la red, para quienes usan los anteojos de la tecnología. Todo lo que sabemos…incluso
lo que intuimos acerca del potencial humano está a un par de clics de
distancia. Esos anteojos les permiten ver mejor:
Pueden ver las relaciones entre distintas
disciplinas,
Pueden ver las consecuencias de largo
plazo de nuestras decisiones,
Pueden ver las conexiones entre las
diferentes culturas,
Pueden ver las coincidencias entre las
religiones,
Pueden ver las verdades que el tiempo ha
relativizado y las que ha fortalecido,
Pueden ver los conocimientos
trascendentales de cada período histórico,
Pueden ver las respuestas que hemos dado
a nuestros problemas y las preguntas que hemos evitado…
Viven una época maravillosa, de
oportunidades inimaginables y como tienen anteojos poderosos, pueden
convertirse en los diseñadores de una educación moderna, eficiente,
entretenida, personalizada…y en una palabra: INTEGRAL.
Con los anteojos de la juventud, se puede
ver al ser humano en sus distintos estados de consciencia y comprender que el
despertar es un proceso gradual que es una responsabilidad personal; que el
nivel de desarrollo avanza en etapas,
desde la mirada egocéntrica o etnocéntrica, hacia la visión global,
planetaria y sistémica; que el potencial de cada individuo depende de sus
intereses y talentos y del tipo de inteligencia que ha desarrollado; que el
predominio de cierto hemisferio cerebral es relevante en el tipo de
personalidad que construya; y que su cuerpo, trasciende lo físico, material y
estrictamente biológico, para incluir un aura emocional que contiene sueños,
emociones, ideas y la imaginación. Y me atrevo a ir más allá, creo que con esos
anteojos, pueden ver que el cuerpo es energía, que se extiende sin límites
hacia otras energías, sociales, psicológicas y espirituales…
Con esos anteojos, pueden ver patrones
que nosotros no percibimos: pueden ir de la mirada en primera persona, ese yo tan influyente que tenemos; hacia
una mirada en segunda persona, ese nosotros
que nos incorpora a una comunidad; hasta la mirada en tercera persona, ese todos que nos reconoce como especie con una responsabilidad hacia la vida.
Con esos anteojos, pueden distinguir
nuevas dimensiones, escondidas para nosotros en la trama de la vida, y que
enriquecen sus perspectivas para comprender la realidad como algo más que solo la
materia (materialismo), o solo la mente (idealismo), la cultura (pos-modernismo)
o la vida (visión sistémica). Con esos anteojos se puede integrar perspectivas
y equilibrar nuestras vidas. Y ese equilibrio, parece ser el comienzo del
cambio.
Es por eso, que llegó la hora de que
nosotros, los educadores pidamos ayuda a los jóvenes estudiantes y futuros
profesores,
Ustedes, estudiantes-profesores, tienen
la responsabilidad de conducir el cambio educacional desde la sala de clases
hacia el ministerio. Desde abajo hacia arriba. Son ustedes los que deben
innovar, los que pueden desafiar el “así se ha hecho siempre”…que tiene
estancado el progreso educacional. Ustedes son la verdadera esperanza de los profesores.
Denle un sentido a sus vidas y luchen por
una causa noble. Comprométanse con la educación integral…
Tienen la oportunidad de cambiar el
mundo!
No se conformen!!
Lo imposible, es posible!!!
Trabajen en equipo, usen las redes
sociales, y comiencen dando un paso en la dirección correcta!!! Ustedes saben
qué hay que cambiar…
Encuentren COMO hacerlo!!!!
Algunos consejos:
Agreguen belleza y entretención a sus
ayudantías, háganlas interesantes y amen lo que hacen. Apunten lo más lejos que
su imaginación les permita y atrévanse! Porque la creatividad y la innovación
debe nacer en el aula y ayudarán a sus profesores a ser maestros del siglo 21.
Ese es el verdadero desafío del ayudante del siglo 21.
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