La gran mayoría de los chilenos está buscando excusas para justificar a Arturo Vidal, conscientes de que su presencia es determinante en la cancha, para que Chile gane en esta copa América. No es que no se den cuenta que haya manejado en estado de ebriedad, ni que haya insultado a los carabineros, ni que haya querido esconderse… No es eso. Saben que cometió un delito, que puso en peligro la vida de terceros y que quiso abusar del privilegio de ser un famoso deportista. Saben eso y mucho más...
Saben por ejemplo que con él en la cancha, nuestra selección de fútbol juega mejor. Que el impacto anímico de su ausencia sería brutal para el resto del equipo. Y por eso, están dispuestos a hacer vista gorda de todo lo anterior, con tal de que nuestro equipo gane.
No es extraño, en un país donde tener éxito es tan importante. Donde nos hemos acostumbrado a mirar para el lado. Si nuestros políticos han ganado elecciones financiadas por empresarios que pretenden defender sus propios intereses, entonces quienes ostentan el poder legislativo y también quienes ostentan el poder económico, también validan el ganar a cualquier precio. Si ellos lo hicieron...
Los chilenos no queremos jugar limpio. Queremos ganar.
¿Fair Play? El fair play desapareció del fútbol hace mucho rato. Ya ni siquiera sorprende que los jerarcas de la Fifa quisieran enarbolar una bandera amarilla que cubriera sus turbios comportamientos. Tamaña desfachatez no resiste explicación. Y aunque sabemos que hay demasiado dinero circulando alrededor del fútbol para evitar la corrupción y las decisiones desinteresadas, no entendemos porqué nuestra selección piensa que puede ganar con Vidal en la cancha.
Si Vidal juega, independiente del resultado deportivo, Chile perderá. Y el ejemplo para nuestra juventud perdurará por mucho tiempo. Nuestro deporte está plagado de malos ejemplos. El puñete de Leonel y la bengala del Cóndor son ejemplos históricos. Para qué hablar de los innumerables episodios de indisciplina de nuestros seleccionados. Todos ellos demuestran que no hemos aprendido la lección. Parece que nos cansamos de los triunfos morales y queremos triunfos aunque sean inmorales.
Bueno, estando muy consciente de mi postura impopular, quiero manifestar que los verdaderos triunfos deportivos, son aquellos que se logran con la cancha desnivelada en contra. Cuando hay que luchar contra la adversidad, cuando hay que superar las circunstancias más adversas.
En mi opinión, Chile sólo ganará si juega sin Arturo Vidal. Nuestros jóvenes aprenderán que deben hacerse responsables de sus actos. Nuestros hinchas aprenderán que un equipo impulsado por el honor es más fuerte. Nuestros compatriotas se enorgullecerán de cantar el himno nacional y el Rey Arturo aprenderá una lección que necesita con desesperación.
No me hago muchas ilusiones. Sampaoili lo querrá en la cancha. Le conviene. Y a los otros jugadores también les conviene. Para qué decir los dirigentes. Ninguno tendrá el temple ni la estatura moral para pedirle que no juegue. La verdad es que la mayoría de los chilenos lo quiere jugando.
Al único que no le conviene jugar es al propio Vidal. Espero que pueda reflexionar sin escuchar a los aduladores que lo rodean, que asuma su responsabilidad, que se convierta en el verdadero líder que Chile necesita, que tenga el carácter para tomar la única decisión que verdaderamente lo engrandecerá: ¡no jugar!
Y como es el único capaz de tomar esa decisión, tendremos que confiar en él. Ojalá demuestre su hidalguía, su fuerza interior y su coraje deportivo. Ojalá nos haga aprender la lección que nuestro país necesita: "a ganar con honor, o perder con gloria". Por su bien y por el bien del deporte chileno, espero que no juegue.
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