Necesitamos ser más amables. Mucho
más considerados, amistosos y gentiles de lo que somos. Nuestra sociedad es
anoréxica en amabilidad. La falta de consideración es el principal pecado de
nuestra época. Y yo soy el primero en reconocer una deuda enorme en este
sentido.
Estoy convencido de que si fuese más
amable, lo pasaría mejor. Por ejemplo, si fuese más gentil manejando, el
tráfico no me estresaría sino que aprovecharía cada oportunidad para regalar
una sonrisa y un gesto de respeto a los otros conductores para contribuir a la
fluidez del tráfico. Y sin embargo, detrás del volante tiendo a ser más
agresivo y egoísta, por ganarle algunos minutos al trayecto. Basta salir a la calle para reconocer que muchos chilenos compartimos este mal.Incomprensible.
Si fuese más amable en los negocios,
supongo que también me iría mejor. Así lo demuestra Daniel Lubetzky en su libro
“Do the KIND thing”. Toda la filosofía de sus negocios gira en torno a hacer
negocios con consideración. Tiene sentido. Hoy por hoy, el éxito en los negocios depende
directamente de la calidad de las relaciones con los clientes. Cuando una
organización tiene un profundo respeto por sus clientes y los trata con el
cariño que se merecen, se desarrolla un vínculo basado en la confianza que
contribuye a repetir la experiencia. El cliente responde a la amabilidad con
fidelidad. Y tener clientes fieles es fundamental para alcanzar el éxito.
Si fuese más amable en mi vida
social, posiblemente habría herido a menos personas y tendría bastante más
amistades. No es que tenga pocos amigos, es que he perdido muchos en el tiempo.
La descortesía, muchas veces inconsciente, debe ser la principal causa de que
los lazos de amistad se resientan y los amigos se distancien. Si volviera a vivir, intentaría ser mucho más amable.
Esta es la propuesta que hace el
gran Humberto Maturana al proponer la Biología del Amor como antídoto para el
patriarcado frío e irrespetuoso en que vive la sociedad occidental. Cuando
Maturana habla de Amor, se refiere al sentimiento de benevolencia, cariño y
atención que nace de una conducta respetuosa por los demás. Concuerdo con su
diagnóstico. Nos falta humildad y gentileza. Según él, la inteligencia es la
capacidad de actuar en armonía con las circunstancias. Y si realmente somos
inteligentes, cuando tratamos con personas, siempre debemos tener respeto y
consideración.
También es la propuesta que antaño hizo
Dale Carnegie en su libro “Como ganar amigos e influir sobre las personas”; un antiguo
bestseller cuya recomendación para relacionarse conserva gran actualidad: “Sea
amable y tendrá mejores resultados”.
Incluso si nos vamos a la
contingencia, vemos ejemplos que refuerzan nuestra idea. El ex ministro José
Piñera, en su reciente y polémica
entrevista de El Informante, podría haber explicado mejor sus ideas para
perfeccionar las AFPs con una actitud más amable. La faltó inteligencia
emocional, tal vez la dimensión más relevante de la inteligencia en la
actualidad. La amistad cívica que ofreció, no era horizontal. Habló desde una
superioridad inaceptable para el mundo plano del siglo 21 que describió Thomas
Friedman.
Reconozco que si yo fuese más
amable, sería mejor persona. Eso también es una gran verdad. Válida para muchos
de nosotros seguramente. Lo interesante es que la gentileza se puede aprender.
Antiguamente se decía que una persona amable era “bien educada”. Ese es el
problema con la educación. No educamos bien. Por eso, el principal desafío de
la educación del siglo 21 es volver a formar personas consideradas, incentivar
conductas respetuosas y comportamientos civilizados. Allí, en la manera de
relacionarnos está el principal obstáculo para la educación actual.
Hay que incorporar al currículo nacional la
educación emocional, desarrollar habilidades sociales e incentivar conductas
respetuosas hacia el prójimo. Esta es la tarea urgente para los profesores:
Enseñar amabilidad. Y el secreto para eso es sencillo, ser amable. Porque como
la experiencia demuestra, la amabilidad es contagiosa.
Y la recompensa de la amabilidad se
parece mucho a la felicidad.SER MÁS AMABLE, ¡¡¡ese es el gran desafío de estos tiempos!!!
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