Tal vez
uno de los gigantes intelectuales más interesantes, fue Carl Gustav Jung.
Subido sobre los hombros de Freud, no sólo pudo ver más lejos que su maestro
sino que logró algunas de las intuiciones más penetrantes del pensamiento
occidental:
A) El inconsciente colectivo: Ya hemos
señalado antes, que las implicancias de su inconsciente colectivo aun no han
sido comprendidas. A un nivel profundo, nuestras mentes están conectadas. Somos
una especie que aprende colectivamente. Avanzamos, asimilando progresivamente
los aprendizajes de las generaciones anteriores, como si estuviésemos escalando
montañas, unidos por cuerdas invisibles que nos transmiten las inquietudes y
las divagaciones de los gigantes que lideran nuestra aventura. Tenemos una
mente muchísimo más poderosa de lo que creemos, simplemente porque podemos
acceder a las ideas de los demás. Pensamos juntos. Tanto es así, que la mayoría
de los principales avances intelectuales del ser humano se han gestado
simultáneamente en las mentes de personas aparentemente desconectadas. Muchos
pensamientos idénticos, aparecen simultáneamente en personas desvinculadas que
trabajan arduamente en problemas similares. Las grandes ideas de la humanidad
son creaciones colectivas.
Y sin
embargo, nuestro sistema educacional está fragmentado y trata a los estudiantes
como seres independientes. No está diseñado para aprender de la enorme sabiduría del inconsciente colectivo
B) Las sincronicidades: El concepto de
sincronicidad, va mucho más lejos aun. Las coincidencias significativas entre eventos independientes lo hicieron
sospechar de que el mundo interior y el mundo exterior también estaban
conectados. No sólo nuestras mentes están conectadas. La naturaleza también
está conectada con nuestras mentes. ¡El mundo interior de Jung, conversa con el
mundo exterior de Darwin! Y aunque tienen lenguajes distintos -uno simbólico y
el otro literal- pueden entenderse. Si Darwin despojó al mundo de su alma, Jung
se la devuelve. Habría, después de todo, una intención subyacente en el devenir
natural. Nada es casualidad. La suerte no existe.
Las
sincronicidades conectan la psique con la naturaleza. Son señales de coherencia
entre lo que sucede en nuestro interior con aquello que sucede en el exterior.
La demostración más común de esta conexión es que los cambios existenciales del
ser humano, normalmente se expresan en su exterior. Dicen que los ojos son
ventanas donde el alma acostumbra revelarse. Por otra parte, la demostración
más elocuente de esta conexión es internet, que se está convirtiendo
gradualmente en la expresión física del inconsciente colectivo.
A pesar de
esto, lamentablemente, nuestro sistema educativo separa a científicos de
humanistas, destruyendo tempranamente los puentes entre ambos mundos. Tampoco nos enseña la riqueza del lenguaje de los símbolos convirtiéndonos en seres literales y superficiales.
C) Los arquetipos: Jung consideraba los
arquetipos como disposiciones psicológicas que influyen en nuestra conducta
tanto individual como colectiva. Patrones de comportamiento ocultos en el
inconsciente colectivo, que reflejan hábitos heredados de nuestros ancestros y
que constituyen un camino para el desarrollo de nuestra conciencia. En mi
opinión, los instintos del alma humana.
Las
ciencias de la complejidad proponen un concepto similar, que llaman “atractores” y que reflejan los
comportamientos más probables de un sistema complejo. Los seres humanos somos
complejos, extremadamente sensibles a los cambios. Existen comportamientos que
nos “atraen” y probablemente con los avances científico-tecnológicos actuales,
Jung hubiese podido dibujar un mapa mucho más potente para explicar nuestras
conductas. Hubiese podido “conectar los puntos” y comprender mejor al hombre actual.
Lo que propone Jung con este concepto es que nuestra biología, nuestra historia
y nuestra cultura nos explica.
Es una
lástima que nuestra educación sea totalmente estandarizada y no contemple
nuestra historia y contexto para ayudarnos a desarrollar nuestro pleno
potencial. Tampoco nos ayuda a comprender quienes somos y hacia adonde vamos.
Conclusión: Necesitaríamos una
educación interconectada (todas las instituciones) colaborando en un proyecto
colectivo de desarrollo humano, buscando construir un mapa más adecuado para
habitar en la sociedad actual. Una educación que nos ayude a identificar y reconocer
los vínculos no evidentes entre los seres humanos, la psique y el cosmos. Una educación
de profesores-psicólogos orientada al desarrollo sano de nuestros jóvenes hacia
un futuro dinámico e incierto. Una educación que nos enseñe a caminar sobre hombros de gigantes...
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