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domingo, 5 de octubre de 2014

Sobre los hombros de Jung


Tal vez uno de los gigantes intelectuales más interesantes, fue Carl Gustav Jung. Subido sobre los hombros de Freud, no sólo pudo ver más lejos que su maestro sino que logró algunas de las intuiciones más penetrantes del pensamiento occidental: 

A) El inconsciente colectivo: Ya hemos señalado antes, que las implicancias de su inconsciente colectivo aun no han sido comprendidas. A un nivel profundo, nuestras mentes están conectadas. Somos una especie que aprende colectivamente. Avanzamos, asimilando progresivamente los aprendizajes de las generaciones anteriores, como si estuviésemos escalando montañas, unidos por cuerdas invisibles que nos transmiten las inquietudes y las divagaciones de los gigantes que lideran nuestra aventura. Tenemos una mente muchísimo más poderosa de lo que creemos, simplemente porque podemos acceder a las ideas de los demás. Pensamos juntos. Tanto es así, que la mayoría de los principales avances intelectuales del ser humano se han gestado simultáneamente en las mentes de personas aparentemente desconectadas. Muchos pensamientos idénticos, aparecen simultáneamente en personas desvinculadas que trabajan arduamente en problemas similares. Las grandes ideas de la humanidad son creaciones colectivas.
Y sin embargo, nuestro sistema educacional está fragmentado y trata a los estudiantes como seres independientes. No está diseñado para aprender de la enorme sabiduría del inconsciente colectivo
B) Las sincronicidades: El concepto de sincronicidad, va mucho más lejos aun. Las coincidencias significativas  entre eventos independientes lo hicieron sospechar de que el mundo interior y el mundo exterior también estaban conectados. No sólo nuestras mentes están conectadas. La naturaleza también está conectada con nuestras mentes. ¡El mundo interior de Jung, conversa con el mundo exterior de Darwin! Y aunque tienen lenguajes distintos -uno simbólico y el otro literal- pueden entenderse. Si Darwin despojó al mundo de su alma, Jung se la devuelve. Habría, después de todo, una intención subyacente en el devenir natural. Nada es casualidad. La suerte no existe.
Las sincronicidades conectan la psique con la naturaleza. Son señales de coherencia entre lo que sucede en nuestro interior con aquello que sucede en el exterior. La demostración más común de esta conexión es que los cambios existenciales del ser humano, normalmente se expresan en su exterior. Dicen que los ojos son ventanas donde el alma acostumbra revelarse. Por otra parte, la demostración más elocuente de esta conexión es internet, que se está convirtiendo gradualmente en la expresión física del inconsciente colectivo.
A pesar de esto, lamentablemente, nuestro sistema educativo separa a científicos de humanistas, destruyendo tempranamente los puentes entre ambos mundos. Tampoco nos enseña la riqueza del lenguaje de los símbolos convirtiéndonos en seres literales y superficiales.
C) Los arquetipos: Jung consideraba los arquetipos como disposiciones psicológicas que influyen en nuestra conducta tanto individual como colectiva. Patrones de comportamiento ocultos en el inconsciente colectivo, que reflejan hábitos heredados de nuestros ancestros y que constituyen un camino para el desarrollo de nuestra conciencia. En mi opinión, los instintos del alma humana.
Las ciencias de la complejidad proponen un concepto similar, que  llaman “atractores” y que reflejan los comportamientos más probables de un sistema complejo. Los seres humanos somos complejos, extremadamente sensibles a los cambios. Existen comportamientos que nos “atraen” y probablemente con los avances científico-tecnológicos actuales, Jung hubiese podido dibujar un mapa mucho más potente para explicar nuestras conductas. Hubiese podido “conectar los puntos” y comprender mejor al hombre actual. Lo que propone Jung con este concepto es que nuestra biología, nuestra historia y nuestra cultura nos explica.
Es una lástima que nuestra educación sea totalmente estandarizada y no contemple nuestra historia y contexto para ayudarnos a desarrollar nuestro pleno potencial. Tampoco nos ayuda a comprender quienes somos y hacia adonde vamos.

Conclusión: Necesitaríamos una educación interconectada (todas las instituciones) colaborando en un proyecto colectivo de desarrollo humano, buscando construir un mapa más adecuado para habitar en la sociedad actual. Una educación que nos ayude a identificar y reconocer los vínculos no evidentes entre los seres humanos, la psique y el cosmos. Una educación de profesores-psicólogos orientada al desarrollo sano de nuestros jóvenes hacia un futuro dinámico e incierto. Una educación que nos enseñe a caminar sobre hombros de gigantes...


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