Está terminando el año 2011 y en la cartera de Educación, asume Harald Beyer sucediendo a Felipe Bulnes, quien debió enfrentar las peores turbulencias del movimiento estudiantil. En primer lugar, quisiéramos destacar la actuación del ministro Bulnes, que actuó con mesura y conservó la serenidad cuando la mayoría había perdido la cabeza. Fue transparente y rayó la cancha para una discusión de fondo. Podíamos no estar de acuerdo con él, pero era de una sola línea. Extraña encontrar políticos con esa estatura moral. Pero no extraña que haya pagado un alto precio por aceptar el desafío de conducir un ministerio en donde se concentran todo tipo de intereses personales. Bueno, como abogado, sabía distinguir lo correcto y para hacerlo tendría que soportar mucha presión. Una lástima porque la educación chilena pierde alguien serio.
Lo reemplaza un economista, calificado como "experto" en educación. Tiene una mirada externa e independencia de pensamiento; y por si fuera poco, durante muchos años ha estudiado imparcialmente y en profundidad lo que necesita la educación pública chilena. Como técnico y analista, siempre aportó a la discusión y participó activamente en las comisiones pluralistas que buscaban proponer soluciones concretas. Beyer ha demostrado ser capaz de trabajar en equipo. Pero lo que sobretodo llama la atención, es que sabe perfectamente en lo que se está metiendo. Debe tener una gran confianza en su capacidad de diálogo y de convencimiento. Y también muchos deseos de colaborar en la encrucijada que enfrenta nuestro país. Pero necesitará paciencia y acostumbrarse a surcar las aguas turbias de la política. Algo a lo que no está acostumbrado.
Chile necesita cambios. La educación necesita cambios profundos. Y necesitamos alguien que genere las condiciones para lograr la transformación sistémica hacia el aprendizaje del siglo XXI. Ese alguien puede ser Beyer. Necesitará estabilidad y respaldo.
La pregunta es si lo tendrá.
En mi opinión, Chile no se puede dar el lujo de descabezar permanentemente al ministerio que construye su futuro. Se necesita un liderazgo estable para implementar políticas de largo plazo. El peligro es que sigamos culpando a las personas (de este u otro lado), cuando el verdadero culpable es un sistema educacional basado en la producción industrial, estandarizado, anacrónico, estático y rígido que se niega a evolucionar.
Dejemos de culpar al síntoma, ¡erradiquemos la enfermedad!
sábado, 31 de diciembre de 2011
domingo, 18 de diciembre de 2011
Estaba dormido y lo despertamos...
El
espíritu del “fair play” estaba dormido. Todos comprendemos que para
desempeñarnos con igualdad de oportunidades en nuestras actividades,
necesitamos la cancha nivelada, el fin de los privilegios y del abuso de poder.
Sin embargo, durante algunos años, pareció que el fin justificaba los medios;
que la letra de una ley era más importante que su espíritu; que la división
entre lo correcto y lo incorrecto dependía de las circunstancias; y que ganar
era lo único que importaba. Hemos estado tratando de engañar al árbitro y de
sacar ventajas en base a nuestra astucia y desconsideración.
Este
año, el “fair play” despertó. Y se indignó cuando vio lo que ocurría. Por donde
miraba, las faltas eran evidentes:
En
la Política, el comportamiento de “los honorables” no respetaba los límites de
velocidad o de la prudencia. El poder se había extralimitado.
En
las Iglesias, se encontró demasiada suciedad, escondida por años debajo de las
alfombras... y conste que solo se han levantado unas pocas. La moral se había
relativizado.
En
las Empresas, la “responsabilidad social” debió salir a combatir, sin mucho
éxito, las colusiones y las
repactaciones que fueron escandalosas. La codicia se había desbocado.
Y
así, en muchas áreas de nuestra sociedad...Pero en Educación, la situación era sencillamente
grotesca.
Y
entonces, el “fair play” decidió manifestarse. Infectó a los jóvenes,
especialmente susceptibles al idealismo. Y desde allí, ganó apoyo ciudadano
para construir demandas insoslayables. Se tomó las calles y levantó la voz. Consciente
de que algunas autoridades intentarían sacar provecho egoísta del llamado a la
justicia y equidad, decidió usar como estandarte la “calidad de la educación”.
De este modo, cuando el tiempo nos otorgara la perspectiva necesaria, podríamos
desenmascarar a aquellos que buscaban solo reafirmar sus intereses.
Este
año el espíritu del “fair play” ha removido el piso de nuestra sociedad. Es el
terremoto del 2011 y créanme que derribará más edificios que aquel del 2010.
Nos
dará la oportunidad de enmendar el rumbo. Es su estilo. La navidad y las
vacaciones de verano nos brindarán algo de tiempo para comprender que una
sociedad no se puede construir sin justicia. Pero si no corregimos nuestro
comportamiento, entonces el 2012 nos traerá sorpresas.
¿Qué
aprendimos este año?
Que
el cambio es urgente y necesario y que todos somos responsables de
manifestarlo.
Que
debemos superar el ego individual para construir una sociedad justa y
sustentable.
Que
aquello que sabemos debe ser coherente con lo que hacemos y lo que somos.
Que
el cambio requiere tiempo y una nueva forma de hacer las cosas.
En
educación, ¿Qué haremos el próximo año?
Las
instituciones, las autoridades, los apoderados, profesores y estudiantes deben
asumir nuevas responsabilidades y aceptar el desafío del cambio.
Los
estudiantes deben dejar de ser pasivos y asumir la responsabilidad de aprender.
Los
profesores deben estar al servicio de los estudiantes, del aprendizaje que
logren y de los valores que asimilen.
Los
apoderados deben hacerse socios de los profesores y participar enérgicamente en
la formación valórica de los estudiantes.
Las
autoridades deben diseñar políticas públicas educacionales en dirección de la
igualdad de oportunidades y del respeto al “fair play” y medir calidad con
indicadores más holísticos.
Las
instituciones deben redefinir sus misiones en función de su nueva
responsabilidad social.
Pero
sobretodo, lo que sucede dentro del aula debe ser diferente: la clase
expositiva debe transformarse en una clase participativa. Poco a poco, hay que
entregar el volante al estudiante. Dejarlo que conduzca su propio destino.
Enseñarle a recorrer el vasto océano del conocimiento en el asiento del
conductor. El profesor del siglo XXI debe ser como un GPS en el auto del
estudiante y solo dar alternativas e indicar como llegar desde un lugar a otro.
Este es el cambio más relevante del 2012...
¡Sacar
al estudiante de la maleta y dejarlo al volante!
jueves, 8 de diciembre de 2011
Vivir jugando
La
vida es un juego.¡Donde
todos podemos ganar!
Bueno, no conocemos las reglas...pero hoy en día, ¿quién
lee un manual de instrucciones antes de jugar? ¡Se aprende jugando!
Tampoco
sabemos cuanto dura el juego. Puede terminar en cualquier momento. Y por lo
tanto, nada de jugar al empate. Hay que jugar ¡a ganar!
El
juego de la vida es como un “solitario”. No tiene sentido hacer trampas...
La
primera etapa es acerca de la autonomía. Se juega en nuestra casa. Nacemos indefensos y completamente dependientes. No podemos movernos ni
alimentarnos sin ayuda. Por un buen tiempo, nuestra única arma es el llanto,
que espontáneamente estalla cuando comenzamos a respirar. Y bueno, algunos
descubren que puede ser un arma muy eficiente y la siguen usando por muchos
años. En esta etapa del juego, contamos con nuestra familia, que nos protege y
nos cobija. Vivimos en un nido, hasta que poco a poco vamos adquiriendo cierto
grado de autonomía. Y cuando llega el día en que debemos intentar volar por
nuestros propios medios, tendremos que tener el coraje para saltar. Si hemos
hecho trampa en esta etapa, no habremos probado nuestra capacidad. Y es ese
salto al vacío, cuando dejamos la casa y llegamos al jardín infantil, es esa
demostración de osadía, la que nos permite avanzar a la etapa siguiente.
La
segunda etapa es acerca del aprendizaje. Se juega en el colegio y la
universidad.
Y
aunque seguimos luchando por obtener más autonomía, ahora el juego se trata de
vencer nuestra ignorancia. Poco a poco, vamos acumulando experiencias que nos
enseñan a convivir, pero sobretodo, aprendemos lecciones que nos permiten aprovechar
las historias y el conocimiento acumulado por otros en el tiempo. Es la etapa
en que nos concentramos en educarnos. Y así, en la escuela, aprendemos a relacionarnos,
a conocernos, a descubrir nuestros talentos y a entender como funciona el
mundo. Es una época de preparación para desarrollar todo nuestro potencial.
Aquí, en el entrenamiento académico, es ¡donde se gana el juego! Tampoco tiene
sentido hacer trampas en esta etapa. Tener vacíos en nuestra formación limitará
para siempre nuestras posibilidades.
Cuando
hemos aprendido suficiente, en función de nuestros intereses y competencias,
escogemos un papel que nos guste desempeñar. Este es un aspecto clave del
juego: Encontrar una tarea apasionante para desplegar nuestros talentos. Y entonces,
con una profesión estimulante y armados de conocimientos, pasamos a la etapa
final...
La
tercera y última etapa del juego de la vida, es acerca de la Contribución. Se juega
en el trabajo.
Algunos
creen que esta etapa, es acerca de acumular dinero o posesiones. Están
equivocados.
Otros
creen que se trata de obtener poder o influencia. Están perdidos.
Se
trata de desempeñar el rol que escogimos tan bien como podamos. Se trata de
aportar ideas, de contribuir a crear un mundo mejor y así, hacer del juego una
experiencia aun más interesante. Nuestro paso por el mundo, debe dejar una
huella para que los jugadores del futuro disfruten de experiencias
enriquecedoras. Nuestra contribución, aunque sea del tamaño de un grano de
arena, cuenta. Y si cuenta, si aporta a mejorar el mundo, entonces, habremos
ganado.
Hacer
trampas en esta etapa, deja un sabor agrio a nuestros logros y ensucia nuestra
trayectoria. Y nadie se siente ganador en este juego, sin integridad.
Para finalizar, permítanme
hacerles algunas recomendaciones para ganar en el juego de la vida:
En
primer lugar: No olviden nunca las lecciones de autonomía y sigan cultivando un
pensamiento independiente. Acepten solo aquellas ideas nacidas en su interior y
siempre escojan el camino menos transitado. Sean ¡UNICOS!
En
segundo lugar: Tampoco olviden las lecciones de aprendizaje y mantengan viva la
curiosidad. Actualicen permanentemente sus conocimientos e impidan que sus
neuronas se oxiden. Manténganse ¡VIGENTES!
Pero
sobretodo, recuerden que si quieren contribuir, lo único que importa es que
sean la mejor versión de ustedes mismos y que haciendo bien, aquello que saben
hacer, serán auténticamente ¡GANADORES!
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