- La evolución: Una de las principales ideas que enriquecen a la educación, desde la perspectiva evolutiva es el cambio permanente. Todo está cambiando. Todo proceso educacional debe consistir en ayudarnos a adaptarnos al cambio inevitable. Heredar, de generación en generación, herramientas que permitan a nuestros jóvenes enfrentar el futuro con mejores posibilidades. Todo proceso es dinámico y la educación no debiera ser una excepción. Cualquier rigidez o situación estática en los procesos educativos está condenada al fracaso.
- Las Neurociencias: Los recientes avances de la neurociencias nos permiten comprender mejor como funciona nuestra mente. Nos demuestra la importancia de la plasticidad en los procesos cognitivos y que nuestra capacidad de procesar información depende de nuestra historia. Entonces comprendemos que la educación debe comenzar desde la concepción y continuar siempre; porque mientras vivamos, conservamos la capacidad de aprender. Todo proceso educacional debe ser continuo y plástico.
- La Ciencia de la Complejidad: Los problemas de la vida real, entre ellos los ambientales, sociales, económicos y especialmente, los educacionales son complejos. Es decir, intentan ordenarse buscando algún equilibrio, por momentaneo que sea. Demuestran que el todo es más que la suma de las partes. Y además, son extremadamente sensibles ante el cambio continuo. En educación, hoy reconocemos que todo está conectado. Sin embargo, todos los procesos educacionales están fragmentados. Esto es algo que hay que corregir.
- La Dinámica espiral: Este modelo de desarrollo humano, válido para individuos, organizaciones, comunidades, naciones e incluso para la humanidad, nos propone que consideremos a la educación como un proceso de expansión de la conciencia. Todo tiende a expendirse, y como dice su nombre en una dinámica cíclica expansiva. La educación debiera ser vista entonces como un proceso de desarrollo continuo en etapas que corresponden a distintos niveles de consciencia. Un proceso de maduración.
- El enfoque integral: Reconociendo que el mapa no es el territorio, este enfoque nos advierte de la subjetividad inevitable de nuestros sentidos y que para ampliar nuestra perspectiva es necesario procesar diferentes puntos de vista. Cada punto de vista nos aporta una historia e información relevante, pero parcial, que enriquece nuestro mapa de la realidad. Necesitamos diseñar la nueva educación con una visión panorámica, integrada e interrelacionada.
Cada una de estas ideas, puede generar una discusión interesante por si misma y más adelante exploraremos sus repercusiones, pero en este momento prefiero intentar redefinir a la educación, considerándola desde una mirada interdisciplinaria:
La nueva educación, debe ser un proceso permanente, dinámico, plástico y complejo de expansión integrada de los diferentes aspectos de nuestra conciencia, tanto en términos individuales como colectivos.
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