Diseñaremos
la nueva educación, conscientes de lo que señala Kamayogi: “la escuela es una
maqueta de la futura sociedad” y de que educación y sociedad están íntimamente
relacionadas, tal como vimos antes. Nuestra especie ha desarrollado una
capacidad de influir en su futuro, sin precedentes. En gran medida podemos
construir nuestro futuro. En consecuencia, comenzaremos imaginando como
queremos que sea la sociedad del futuro.
Para
estos efectos, tendremos que ponernos los nuevos anteojos y aprovecharemos
algunas ideas del libro virtual: “Diseñando el futuro” de Jacque Fresco 2007:
· Debemos aspirar al mejor
mundo posible.
· Imaginemos una civilización
de alta tecnología, donde los seres humanos actúan como una sola familia y cuya
misión sea el bienestar general.
· Necesitaremos una gestión
eficaz de los recursos naturales y el uso eficiente de la tecnología para
mejorar los estilos de vida y lograr altos estándares materiales y
espirituales.
· Nuestra responsabilidad sería
lograr la autorrealización, desarrollar nuestros talentos, proteger al medio ambiente,
la relación con nuestros congéneres y la continuidad de la vida.
En
primer lugar, debemos desarrollar todo el potencial-individual y colectivo- y
generar un espíritu de superación permanente donde la innovación y creatividad
permitan enfrentar con éxito los desafíos del mañana. Una cultura
“emprendedora”.
En
segundo lugar, debemos desarrollar la ciencia y la tecnología para aprovechar
en forma eficiente los recursos naturales y las energías limpias disponibles, y
ponerlas al servicio del ser humano. Una civilización “tecnológica”.
En
tercer lugar, debemos construir una verdadera comunidad. Tenemos que aprender a
relacionarnos. Formar una tribu global, una familia extendida, solidaria, con
valores compartidos y un proyecto común: el bienestar general. Una comunidad
“empática”.
Finalmente,
debemos tener presente la fragilidad de la vida y las consecuencias de nuestro
comportamiento. Nuestra preocupación permanente debiera ser asegurar la
supervivencia del ser humano y de su hábitat. Una sociedad “sustentable”.
Quisiera invitar a Camila a imaginar un
poco más detalladamente como sería la sociedad donde vivirían sus hijos y mis
nietos. En la medida que logremos generar una visión vívida, nítida,
emocionante y fascinante, estaremos dando el primer paso en la dirección
correcta.
Daré algunas ideas preliminares, en la
dirección de mis deseos y en la línea de aspirar al mejor mundo posible.
Pretendo entusiasmar y alimentar la imaginación de la generación más joven,
pero seguramente ellos podrán contribuir con otros aspectos que mis anteojos me
impiden apreciar. Dejaré que mi optimismo dirija el vuelo por un momento:
Me encantaría que en el mundo de mis
nietos, exista el derecho a ser feliz. Que la vida se interprete como una
oportunidad para alcanzar plenitud y autonomía.
Quisiera que en ese mundo, la pobreza y
el hambre se hubiesen extinguido. La supervivencia estaría garantizada. Pero
estoy consciente de que la naturaleza humana es compleja y necesariamente
existirán conflictos y problemas, que se debieran resolver por medio de
mecanismos que ayuden a mantener la paz, la dignidad y la armonía entre las
personas y los grupos.
Desearía que el consumismo fuese
considerado de mal gusto. Que el trabajo fuese gratificante y en caso
contrario, debería ser obligatorio buscar otra actividad. Nadie querría trabajar
solo por necesidad económica. El trabajo contribuye al bien común y tiende a
ser creativo ya que la ciencia y la tecnología deberían haber liberado al
hombre de tareas repetitivas.
Me gustaría que en el mundo de mis
nietos, el aire esté limpio, el agua sin contaminación, que los bosques y los
océanos sean exuberantes en biodiversidad y que la actividad humana no afecte
negativamente al planeta.
Anhelo que el conocimiento esté al
alcance de todos para que satisfaga la curiosidad intelectual y el aprendizaje
y el desarrollo constituya una vía prioritaria de realización personal.
Ojalá que la conectividad nos permita
sentir y actuar como una verdadera comunidad y que exista una cultura de cooperación
que aproveche todo el potencial de nuestra especie cuando trabaja
colectivamente.
Así imagino la sociedad del futuro, y
estoy convencido de que la nave que puede transportarnos desde aquí hacia allá,
es la educación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario