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domingo, 13 de mayo de 2012

Resultados Inicia

Cuando nuestras autoridades apuntan hacia todos los profesores por los escandalosos resultados de la prueba INICIA, cometen una injusticia de grandes proporciones.
Es cierto que la educación tiene problemas. Pero más problemas tiene la vara con que nos están midiendo. Los que pretendemos diseñar una educación de excelencia, creemos que el profesor debe ser un ejemplo. Su integridad y comportamiento, los valores que transmite y su vocación de servicio son extremadamente relevantes para sus alumnos. Las altas expectativas y el compromiso de un profesor afecta positivamente el aprendizaje de sus alumnos. Su capacidad de motivar o inspirar, puede producir verdaderos milagros en la juventud. Y sin embargo, ninguno de estos aspectos es medido por esta prueba. Son muy difíciles de medir.
La paciencia infinita que requiere un profesor para lograr que todos comprendan, la capacidad de mantener el entusiasmo e involucrar a todos en la aventura del crecimiento personal, son muy importantes. Tampoco se miden.
Y sin embargo, cuando un padre puede elegir a un profesor, son estos aspectos los que prioriza. Y puedo decir, responsablemente, que cuando un colegio verdaderamente privilegia el desarrollo equilibrado-académico y social-de sus alumnos, comienza por evaluar estas características. Parece curioso que estas habilidades blandas no sean consideradas por las autoridades para evaluar a un profesor. Más aun, en mi opinión, no considerarlas es casi una irresponsabilidad.
Para nadie es un misterio que la mayor parte del tiempo, los profesores están comunicándose oralmente. Y que la diferencia entre el lenguaje escrito y el oral es enorme. En pedagogía, hay que expresarse con convicción, con coherencia. Hay que repetir, una y otra vez, el mensaje que se quiere transmitir. El lenguaje del cuerpo, el énfasis, las pausas, el ritmo, la modulación y la intensidad con que nos expresamos, son trascendentales a la hora de transmitir información. Y sin embargo, tampoco son consideradas al medir la capacidad de comunicarse de un aspirante a profesor.
En cambio, recurriendo a la ley del menor esfuerzo, se mide aquello que se puede evaluar fácilmente. El peligro de esta actitud, es que se fomenta aquello que se mide y se inhibe aquello que no se puntúa, por lo que no debiéramos extrañarnos- de continuar el uso de estas pruebas de medición- si en el mediano plazo los profesores se convierten en verdaderas enciclopedias sin almas.
Pretender que una prueba de conocimientos sea habilitante para ejercer como profesor, es desconocer la riqueza del quehacer docente. Sería mucho más lógico tener pruebas sicológicas de personalidad y estabilidad emocional para estos efectos. Es incomprensible que en el siglo 21, cuando el conocimiento está al alcance de un click, se exija memorizar contenidos y recitar información para demostrar la capacidad de enseñar.
Los diseñadores de esta prueba viven bajo el tradicional paradigma de la enseñanza. Los educadores del siglo 21 nos manejamos en el paradigma del aprendizaje. Hablamos distintos idiomas. Y por eso, no nos entendemos.
No estoy en contra de las pruebas, todo lo contrario. Tampoco quiero minimizar la responsabilidad de las Facultades de Educación en los preocupantes resultados que se obtuvieron. No hay dudas de que hay que cambiar y mejorar los procesos de formación de profesores. Pero hay que hacerlo en la dirección correcta. Comparto con las autoridades que es necesario demostrar la efectividad de los procesos educativos. Y por lo mismo, quisiera proponer que se modifique la prueba INICIA, de modo que se mida aquello que verdaderamente consideramos prioritario y habilitante para ejercer esta noble profesión.
Sí estoy en contra de usar INICIA para denostar a los egresados en particular y a los profesores en general. Sinceramente pensé que todos, especialmente nuestras autoridades, queríamos atraer a los mejores, que haríamos de la pedagogía un camino atractivo para nuestra juventud y que dignificaríamos a la profesión docente. El tratamiento periodístico que se está dando a este tema parece apuntar en otra dirección.
No hablo desde una herida abierta. Nuestros resultados en esta prueba INICIA fueron superiores a la media nacional en todos los aspectos medidos y sobresalientes en Tecnologías de Información y Comunicación. Hablo desde el dolor que genera el ataque al profesional que dedica su vida a la docencia.
Por todo lo expuesto, quiero invitar a nuestros estudiantes, profesores y directores a aceptar el gigantesco reto que tenemos por delante. Por injusto que nos parezca, tendremos que convivir y superar la vara que nos propone INICIA y además, tendremos que demostrar que la verdadera pedagogía, es mucho más que conocimientos. Es una forma de ser, una vocación profunda, un llamado a contribuir, una manifestación de esperanza de que la educación, puede mejorar el mundo en que vivimos.
Somos capaces de tener los mejores resultados en INICIA, sin descuidar nuestra misión: formar verdaderos maestros, profesores de personas, que enseñen a sus estudiantes a aprender y responsabilizarse por su propia educación y los preparen para enfrentar los desafíos del mundo global y para adaptarse a la incertidumbre del futuro.
Porque trabajando juntos, podemos exigirnos más y superarnos. Podemos cumplir las exigencias de INICIA y podemos formar profesores de excelencia. Solo así, corregiríamos la injusticia. Juntos, somos capaces de dignificar la profesión docente.

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