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domingo, 27 de mayo de 2012

Los nuevos anteojos: El proyecto GooGle

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Una proposición para dejar las anteojeras que nos hacen correr por la vida persiguiendo objetivos y modernizar nuestra forma de entender al mundo. ¡Un mundo interconectado!

domingo, 13 de mayo de 2012

Resultados Inicia

Cuando nuestras autoridades apuntan hacia todos los profesores por los escandalosos resultados de la prueba INICIA, cometen una injusticia de grandes proporciones.
Es cierto que la educación tiene problemas. Pero más problemas tiene la vara con que nos están midiendo. Los que pretendemos diseñar una educación de excelencia, creemos que el profesor debe ser un ejemplo. Su integridad y comportamiento, los valores que transmite y su vocación de servicio son extremadamente relevantes para sus alumnos. Las altas expectativas y el compromiso de un profesor afecta positivamente el aprendizaje de sus alumnos. Su capacidad de motivar o inspirar, puede producir verdaderos milagros en la juventud. Y sin embargo, ninguno de estos aspectos es medido por esta prueba. Son muy difíciles de medir.
La paciencia infinita que requiere un profesor para lograr que todos comprendan, la capacidad de mantener el entusiasmo e involucrar a todos en la aventura del crecimiento personal, son muy importantes. Tampoco se miden.
Y sin embargo, cuando un padre puede elegir a un profesor, son estos aspectos los que prioriza. Y puedo decir, responsablemente, que cuando un colegio verdaderamente privilegia el desarrollo equilibrado-académico y social-de sus alumnos, comienza por evaluar estas características. Parece curioso que estas habilidades blandas no sean consideradas por las autoridades para evaluar a un profesor. Más aun, en mi opinión, no considerarlas es casi una irresponsabilidad.
Para nadie es un misterio que la mayor parte del tiempo, los profesores están comunicándose oralmente. Y que la diferencia entre el lenguaje escrito y el oral es enorme. En pedagogía, hay que expresarse con convicción, con coherencia. Hay que repetir, una y otra vez, el mensaje que se quiere transmitir. El lenguaje del cuerpo, el énfasis, las pausas, el ritmo, la modulación y la intensidad con que nos expresamos, son trascendentales a la hora de transmitir información. Y sin embargo, tampoco son consideradas al medir la capacidad de comunicarse de un aspirante a profesor.
En cambio, recurriendo a la ley del menor esfuerzo, se mide aquello que se puede evaluar fácilmente. El peligro de esta actitud, es que se fomenta aquello que se mide y se inhibe aquello que no se puntúa, por lo que no debiéramos extrañarnos- de continuar el uso de estas pruebas de medición- si en el mediano plazo los profesores se convierten en verdaderas enciclopedias sin almas.
Pretender que una prueba de conocimientos sea habilitante para ejercer como profesor, es desconocer la riqueza del quehacer docente. Sería mucho más lógico tener pruebas sicológicas de personalidad y estabilidad emocional para estos efectos. Es incomprensible que en el siglo 21, cuando el conocimiento está al alcance de un click, se exija memorizar contenidos y recitar información para demostrar la capacidad de enseñar.
Los diseñadores de esta prueba viven bajo el tradicional paradigma de la enseñanza. Los educadores del siglo 21 nos manejamos en el paradigma del aprendizaje. Hablamos distintos idiomas. Y por eso, no nos entendemos.
No estoy en contra de las pruebas, todo lo contrario. Tampoco quiero minimizar la responsabilidad de las Facultades de Educación en los preocupantes resultados que se obtuvieron. No hay dudas de que hay que cambiar y mejorar los procesos de formación de profesores. Pero hay que hacerlo en la dirección correcta. Comparto con las autoridades que es necesario demostrar la efectividad de los procesos educativos. Y por lo mismo, quisiera proponer que se modifique la prueba INICIA, de modo que se mida aquello que verdaderamente consideramos prioritario y habilitante para ejercer esta noble profesión.
Sí estoy en contra de usar INICIA para denostar a los egresados en particular y a los profesores en general. Sinceramente pensé que todos, especialmente nuestras autoridades, queríamos atraer a los mejores, que haríamos de la pedagogía un camino atractivo para nuestra juventud y que dignificaríamos a la profesión docente. El tratamiento periodístico que se está dando a este tema parece apuntar en otra dirección.
No hablo desde una herida abierta. Nuestros resultados en esta prueba INICIA fueron superiores a la media nacional en todos los aspectos medidos y sobresalientes en Tecnologías de Información y Comunicación. Hablo desde el dolor que genera el ataque al profesional que dedica su vida a la docencia.
Por todo lo expuesto, quiero invitar a nuestros estudiantes, profesores y directores a aceptar el gigantesco reto que tenemos por delante. Por injusto que nos parezca, tendremos que convivir y superar la vara que nos propone INICIA y además, tendremos que demostrar que la verdadera pedagogía, es mucho más que conocimientos. Es una forma de ser, una vocación profunda, un llamado a contribuir, una manifestación de esperanza de que la educación, puede mejorar el mundo en que vivimos.
Somos capaces de tener los mejores resultados en INICIA, sin descuidar nuestra misión: formar verdaderos maestros, profesores de personas, que enseñen a sus estudiantes a aprender y responsabilizarse por su propia educación y los preparen para enfrentar los desafíos del mundo global y para adaptarse a la incertidumbre del futuro.
Porque trabajando juntos, podemos exigirnos más y superarnos. Podemos cumplir las exigencias de INICIA y podemos formar profesores de excelencia. Solo así, corregiríamos la injusticia. Juntos, somos capaces de dignificar la profesión docente.

domingo, 6 de mayo de 2012

La estrategia de diseño


Diseñaremos la nueva educación, conscientes de lo que señala Kamayogi: “la escuela es una maqueta de la futura sociedad” y de que educación y sociedad están íntimamente relacionadas, tal como vimos antes. Nuestra especie ha desarrollado una capacidad de influir en su futuro, sin precedentes. En gran medida podemos construir nuestro futuro. En consecuencia, comenzaremos imaginando como queremos que sea la sociedad del futuro.
Para estos efectos, tendremos que ponernos los nuevos anteojos y aprovecharemos algunas ideas del libro virtual: “Diseñando el futuro” de Jacque Fresco 2007:
·         Debemos aspirar al mejor mundo posible.
·         Imaginemos una civilización de alta tecnología, donde los seres humanos actúan como una sola familia y cuya misión sea el bienestar general.
·         Necesitaremos una gestión eficaz de los recursos naturales y el uso eficiente de la tecnología para mejorar los estilos de vida y lograr altos estándares materiales y espirituales.
·         Nuestra responsabilidad sería lograr la autorrealización, desarrollar nuestros talentos, proteger al medio ambiente, la relación con nuestros congéneres y la continuidad de la vida.
En primer lugar, debemos desarrollar todo el potencial-individual y colectivo- y generar un espíritu de superación permanente donde la innovación y creatividad permitan enfrentar con éxito los desafíos del mañana. Una cultura “emprendedora”.
En segundo lugar, debemos desarrollar la ciencia y la tecnología para aprovechar en forma eficiente los recursos naturales y las energías limpias disponibles, y ponerlas al servicio del ser humano. Una civilización “tecnológica”.
En tercer lugar, debemos construir una verdadera comunidad. Tenemos que aprender a relacionarnos. Formar una tribu global, una familia extendida, solidaria, con valores compartidos y un proyecto común: el bienestar general. Una comunidad “empática”.
Finalmente, debemos tener presente la fragilidad de la vida y las consecuencias de nuestro comportamiento. Nuestra preocupación permanente debiera ser asegurar la supervivencia del ser humano y de su hábitat. Una sociedad “sustentable”.
Quisiera invitar a Camila a imaginar un poco más detalladamente como sería la sociedad donde vivirían sus hijos y mis nietos. En la medida que logremos generar una visión vívida, nítida, emocionante y fascinante, estaremos dando el primer paso en la dirección correcta.
Daré algunas ideas preliminares, en la dirección de mis deseos y en la línea de aspirar al mejor mundo posible. Pretendo entusiasmar y alimentar la imaginación de la generación más joven, pero seguramente ellos podrán contribuir con otros aspectos que mis anteojos me impiden apreciar. Dejaré que mi optimismo dirija el vuelo por un momento:
Me encantaría que en el mundo de mis nietos, exista el derecho a ser feliz. Que la vida se interprete como una oportunidad para alcanzar plenitud y autonomía.  
Quisiera que en ese mundo, la pobreza y el hambre se hubiesen extinguido. La supervivencia estaría garantizada. Pero estoy consciente de que la naturaleza humana es compleja y necesariamente existirán conflictos y problemas, que se debieran resolver por medio de mecanismos que ayuden a mantener la paz, la dignidad y la armonía entre las personas y los grupos.
Desearía que el consumismo fuese considerado de mal gusto. Que el trabajo fuese gratificante y en caso contrario, debería ser obligatorio buscar otra actividad. Nadie querría trabajar solo por necesidad económica. El trabajo contribuye al bien común y tiende a ser creativo ya que la ciencia y la tecnología deberían haber liberado al hombre de tareas repetitivas. 
Me gustaría que en el mundo de mis nietos, el aire esté limpio, el agua sin contaminación, que los bosques y los océanos sean exuberantes en biodiversidad y que la actividad humana no afecte negativamente al planeta.
Anhelo que el conocimiento esté al alcance de todos para que satisfaga la curiosidad intelectual y el aprendizaje y el desarrollo constituya una vía prioritaria de realización personal. 
Ojalá que la conectividad nos permita sentir y actuar como una verdadera comunidad y que exista una cultura de cooperación que aproveche todo el potencial de nuestra especie cuando trabaja colectivamente.
Así imagino la sociedad del futuro, y estoy convencido de que la nave que puede transportarnos desde aquí hacia allá, es la educación.