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jueves, 18 de diciembre de 2025

El diálogo entre fuerzas opuestas

 

Lección acerca de nuestra realidad..., 

y de lo efímero de nuestras certezas

 

Nuestra realidad no es lo que vemos: es lo que interpretamos

Durante siglos creímos que la Tierra estaba quieta y que todo el cosmos giraba a nuestro alrededor. El Sol salía por el oriente y se ocultaba por el poniente. La Luna nos seguía. Las estrellas parecían girar en la bóveda nocturna. Nuestros sentidos eran concluyentes: estábamos inmóviles.

Hoy sabemos que la certeza con que vivieron nuestros antepasados era una gran ilusión.

La Tierra gira sobre su eje a más de 1.600 km/h. Al mismo tiempo, se desplaza alrededor del Sol a unos 107.000 km/h. El Sol, a su vez, gira alrededor del centro de la Vía Láctea a más de 800.000 km/h. Y nuestra galaxia completa se desplaza por el espacio profundo a velocidades aún mayores.

Y, sin embargo, no sentimos nada.

No percibimos el vértigo.
No sentimos el giro.
No advertimos el desplazamiento.

Nuestros sentidos —tan confiables para sobrevivir— son profundamente limitados para comprender la realidad.

La ilusión sensorial

Si realmente estuviésemos girando a esas velocidades, nuestra intuición nos dice que deberíamos salir despedidos al espacio. La fuerza centrífuga debería empujarnos violentamente hacia afuera. Pero eso no ocurre. Permanecemos firmemente adheridos al planeta.

¿Por qué?

Porque junto a esa fuerza de expansión actúa otra, silenciosa pero poderosa: la fuerza centrípeta, que nos atrae, nos equilibra y nos mantiene conectados con la Tierra. Ambas fuerzas operan simultáneamente, aunque solo una aparece “evidente” para nuestros sentidos.

La experiencia es reveladora:
👉 la realidad no es lo que sentimos, sino el resultado de fuerzas que no percibimos directamente.

Necesitamos una nueva forma de entender lo real

Si aceptamos que nuestros sentidos nos engañaron durante siglos haciéndonos creer que éramos el centro inmóvil del cosmos, entonces se abre una pregunta inevitable:

¿Qué otras ilusiones seguimos confundiendo hoy con la realidad?

Desde esta perspectiva, resulta razonable suponer que la realidad no es una “cosa sólida y objetiva” ahí afuera, sino una manifestación dinámica, provocada por la interacción de fuerzas opuestas y complementarias. 

Esta intuición encuentra un eco profundo en la propuesta científica de Irfan Boko, conocida como Gravedad Dual: una visión donde la realidad emerge del equilibrio entre dos fuerzas fundamentales —una expansiva y otra atractiva— cuya interacción genera estabilidad, forma y experiencia.

No es solo la masa la que curva el espacio.
No es solo la atracción la que crea orden.
Es el diálogo entre fuerzas opuestas lo que sostiene la existencia.

La gran lección

La historia del cosmos nos enseña algo esencial:
nuestros sentidos no revelan la verdad última; solo construyen una narrativa funcional para vivir.

Más aún, todos los seres humanos hemos construido "realidades subjetivas" en base a nuestras creencias, que en último término son narrativas para ayudarnos a conivir. Pero todas son diferentes. 

Comprender la realidad exige ir más allá de lo que vemos, tocamos o sentimos. Exige integrar razón, ciencia, intuición y conciencia. Exige aceptar que lo real no es estático, sino relacional

Tal vez la realidad —como nosotros mismos— no sea una cosa, sino un equilibrio vivo. Un equilibrio delicado y siempre cambiante que requiere una permanente reconciliación entre puntos de vista aparentemente opuestos. Y es por eso que la empatía, esa capacidad de mirar las cosas desde el punto de vista del otro, es la mejor fórmula para vivir y convivir. Abramos nuestras mentes a nuevas creencias y abracemos al que piensa distinto porque nos muestra otra perspectiva que nos enriqquece. 

En las próximas lecciones exploraremos qué papel juega la Conciencia en esta construcción, y por qué podría ser el verdadero origen de toda realidad experimentada.

Porque, como ya aprendimos una vez,
lo que hoy parece evidente…
mañana podría revelarse como una hermosa pero engañosa ilusión.

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