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viernes, 4 de enero de 2013

La Integración

Como ya hemos insinuado antes, el método científico tradicional para resolver problemas complejos parece haber fracasado. La división por partes y el análisis aislado del problema solo es aplicable en situaciones muy limitadas. La realidad ha demostrado estar más interconectada y ser mas compleja e interdependiente de lo que jamás imaginamos.
Ken Wilber, un notable pensador y prolífico escritor americano, ha propuesto un método integral para analizar los problemas. Propone analizar la situación desde las 4 perspetivas básicas: la personal, la cultural, la objetiva y la sistémica. Además sugiere considerar el nivel, el estado y las líneas de trabajo en cada situación. Esto permitiría tener un diagnóstico completo, sin omitir áreas relevantes. Su propuesta se denomina "Pensamiento Integral" y será la base de nuestro análisis para el problema educacional.
Para incorporar los niveles de desarrollo utilizaremos el concepto de Dinámica Espiral desarrollado por Graves y continuado por Beck. Con estas 2 herramientas, intentaremos comprender las fuerzas y las dinámicas que afectan a la educación.
 
Analizando la educación desde la perspectiva objetiva, el principal problema del sistema educacional es la fragmentación. Las disciplinas se encuentran divididas y desconectadas. Las aulas funcionan como compartimentos estancos. El profesor tiene el conocimiento y la mirada desde su disciplina. Incluso el estudiante está atomizado. Hay una jerarquía implícita. La mente sobre el cuerpo y los sentidos y el cuerpo sobre el espíritu. Lo relevante es el pensamiento. La educación se preocupa fundamentalmente del proceso cognitivo, concentrándose principalmente en el desarrollo neuronal basado en información proporcionada por los sentidos. Desde la percepción se adquieren conocimientos y se comprenden los procesos. El estudiante aprende a HACER y CONOCER.
Incluso los ramos tienen una jerarquía y se disputan las escasas horas que la jornada escolar permite. Las señales de fragmentación están por doquier.
La solución desde esta óptica, es un proceso de integración, que considere un currículo interconectado; al estudiante holístico (con cuerpo, sentidos, mente y espíritu); y al proceso educacional como un proceso de desarrollo que tiende a la autonomía y la diversidad, desde la concepción a la vejez, guiado por tutores que han vivido el proceso previamente.
Las fuerzas que intervienen en este proceso son: biológicas (el estudiante se desarrolla físicamente); neurológicas (la arquitectura neuronal se conforma en base a experiencias); instintivas (la curiosidad y el deseo de progresar); genéticas, culturales y ambientales.
Desde la perspectiva racional y objetiva que asumimos, la integración de estas fuerzas para lograr un desarrollo armónico del ser humano debiera ser la prioridad educacional. La dirección general, debiera apuntar hacia la autonomía y el proceso debe ser temporalmente coherente con el desarrollo físico-mental del estudiante.
Para no cometer el mismo error de fragmentación, complementaremos este análisis analizando la educación desde las otras 3 perspactivas. Solo así lograremos una mirada integral.

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