En
el ámbito de la educación, soplan vientos de cambio. Parecen presagiar una
tormenta que remecerá los cimientos del modelo educacional que conocemos.
Hace
pocos días el Mineduc entregó una verdadera carta de navegación para las
facultades que forman docentes, señalando los requisitos mínimos que debe
cumplir el futuro profesor. Fue acompañado entre otros por Mariana Aylwin, reforzando
la idea de continuidad de las políticas orientadas a mejorar la calidad de
nuestra educación.
En
los estándares orientadores para egresados de educación parvularia, pedagogía
en educación básica y media, se detallan las características de los
profesionales del siglo 21:
“Se espera que el futuro profesional,
al egresar esté preparado para enfrentar un entorno cambiante, para ello, debe
desarrollar habilidades y actitudes personales tales como capacidad de trabajo
colaborativo, autonomía, flexibilidad, capacidad de innovar, disposición al
cambio y proactividad. Al mismo tiempo y como complemento se espera que tenga
una sólida formación en valores, y presente un comportamiento ético adecuado.
Además, tiene que ser capaz de comunicarse por escrito y oralmente en forma
eficaz en su lengua original y en una segunda lengua. Por otra parte, se espera
que el futuro profesional demuestre habilidades en el uso de tecnologías de la
información y la comunicación. De igual forma, deberá poseer un comportamiento
que refleje un nivel cultural adecuado a las exigencias de un mundo
globalizado. Del mismo modo, debe mostrar un espíritu de superación personal y
profesional, por lo cual debe tener conciencia del desarrollo profesional como
una constante de vida.”
Estas
características son transversales, para todos los educadores y dan cuenta de un
cambio cultural profundo en la formación inicial docente.
Según
indicaron nuestras autoridades, la prueba inicia, evaluará estos estándares
mínimos exigidos para cada carrera y será, en breve, obligatoria y habilitante.
A mayor abundamiento,
señalaron que las acreditaciones estaban en revisión, de modo que se orientaran
más a resultados que a procesos y que resuelvan de mejor forma, los posibles
conflictos de interés; entre otros ajustes. Fueron categóricos al señalar que
las futuras acreditaciones también evaluaran las características de nuestros estudiantes
y egresados.
No
tenemos dudas de que las exigencias aumentarán. Tendremos que prepararnos.
Tampoco tengo dudas de que nuestros profesionales sabrán responder al desafío
que hemos recibido. El cambio es urgente y necesario. Como señala un viejo
axioma, “Si continuas haciendo lo que
siempre has hecho, continuarás obteniendo lo que siempre has obtenido”.
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