Nuestra generación ha producido avances significativos, especialmente en ciencia y tecnología. También hemos legado a las futuras generaciones algunos problemas. Nuestra esperanza es que sea justamente la tecnología, la herramienta que les permita sortear las dificultades con éxito. Una de ellas es la educación. Ya no basta enseñar lo que sabemos. Es preciso que aprendan aquello que no sabemos. Llegó el momento de entregar la antorcha para que los jóvenes aprendan a aprender.
Nuestra inmediata responsabilidad para preparar a la siguiente generación a enfrentar los desafíos del futuro, es educarla aprovechando el enorme potencial de la tecnología.
Educar para que los jóvenes aprendan a ser personas íntegras, múltiples, equilibradas, curiosas, creativas, realizadas…¡únicas! Generando así una diversidad saludable en la sociedad.
Hay que educar para que construyan un mundo mejor, un futuro auspicioso, para que adquieran esa responsabilidad individual y colectiva que nos faltó. Para que aprendan a trabajar en equipo, a respetar las ideas, a mantenerse actualizados…¡y para convivir en un mundo global!
Deseamos legar una educación holística para el ser humano integral: educar sus mentes para que puedan sintetizar conocimientos; educar sus cuerpos para que gocen de una vida saludable, educar sus sentidos para percibir la belleza y educar el corazón para vivir en sociedad.
¡Una nueva educación, orientada a enseñar a aprender!