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domingo, 15 de enero de 2017

La muerte de Cholito

Cholito
Mientras la gente se manifiesta contra el maltrato animal, movilizada por el cruel asesinato a palos de Cholito, un perro callejero, y con cierta sorpresa nos damos cuenta que nuestras leyes no contemplan las emociones ni el sentir de los animales; en el Congreso del Futuro, un reconocido neurobiólogo, Stefano Mancuso, intenta ponernos al día frente a los avances de la ciencia.

Plantas que senten
El científico declaraba que las plantas sienten mucho más que los animales. Que tienen emociones, que reaccionan frente a nuestros pensamientos, que se comunican, se disfrazan, juegan y que tienen una inteligencia asombrosa, distinta. Daba por supuesto, que su auditorio tenía conciencia de que los animales sienten y tienen emociones, que también aman y sufren. Y que tienen derechos. Pero eso no es tan claro en un país como el nuestro. En cambio, en Estados Unidos, las funciones del Seaworld con Orcas se han suspendido y el mayor circo del mundo que dependía fundamentalmente de las presentaciones de grandes animales salvajes, también anunció su cierre.¿La razón? Falta de público. Los jóvenes humanos que viven en culturas más evolucionadas, parecen percibir el sufrimiento de los animales y no se sienten atraídos por espectáculos crueles.

Qué contraste tan estremecedor. Nuestros legisladores no tienen conciencia alguna de las consecuencias de los nuevos descubrimientos científicos y mantienen leyes y normas arcaicas, sin el menor remordimiento por su desidia. Para nadie es un misterio que muchas de nuestras leyes están obsoletas. Pero es responsabilidad de nuestros parlamentarios, actualizarlas, muy especialmente cuando ellas permiten comportamientos que hacen daño.
Que no tengamos leyes que protejan a los animales, es su responsabilidad.

Cacería de Zorros
El daño irreversible que hemos hecho a tantas especies animales, está llevándonos a una sexta gran extinción y la mayoría de los congresistas, de todos los países y de la mayoría de las ideologías, son cómplices pasivos. La cacería indiscriminada fue, por siglos, un pasatiempo habitual y solo recientemente se ha puesto en tela de juicio. El ser humano, por su capacidad de influir decisivamente en la evolución de las especies, tiene una gran tarea pendiente: aprender a convivir con los animales, respetándolos. Cada especie es un experimento evolutivo que merece una oportunidad de sobrevivir. Algo que debe entender el depredador más feroz que habita en el planeta, el hombre.

Plantas que sustentan la vida
Y a juzgar por lo señalado por Mancuso, que no tengamos leyes que protejan a las plantas, también es su responsabilidad. Si las plantas curan, sienten y se comunican, si las plantas se emocionan y piensan, si las plantas son fuente de oxígeno y el sustento de la vida, entonces debemos protegerlas. El cambio climático, la deforestación y la sequía, son síntomas preocupantes de un planeta habitado por una especie que destruye su hábitat. Y ninguna especie es capaz de sobrevivir sin un medio ambiente que la proteja y la nutra. El actual comportamiento humano, inconsciente a la necesidad imperiosa de cuidar y mantener una biosfera saludable, es total y absolutamente insostenible. Estamos siendo suicidas. Literalmente. Nuestro futuro humano es incierto, sin que nuestra especie tenga una expansión de conciencia colectiva que se haga cargo de la protección de nuestra flora y fauna y del planeta que nos cobija.

Tal vez las máquinas puedan vivir en un planeta estéril, ayudadas por la inteligencia artificial, pero la vida humana, está amenazada por nuestro propio comportamiento irresponsable. Somos peligrosos para nuestros descendientes...


¿Cómo pedir respeto por la biosfera, cuando hay personas que son capaces de matar a palos al animal más leal que conocemos? ¿Cómo tener esperanzas para el futuro, cuando nadie se quiere hacer responsable por el presente? ¿Cómo crear consciencia de nuestra responsabilidad en la salud del planeta? ¿Cómo hacer que la muerte de Cholito, nos despierte?


Sostengo que solo hay una respuesta: ¡cambiando la educación! Educando al ser humano para la convivencia respetuosa, no solo entre humanos, sino sobre todo con la naturaleza.




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