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martes, 10 de diciembre de 2019

La inteligencia se puede aumentar

La educación tradicional está en crisis en el mundo entero porque fue diseñada en base a premisas falsas. Muchas. Tantas que no hay suficiente espacio en esta tribuna para exponerlas. Nos concentraremos por tanto, en algunos de los mitos más significativos: los que dicen relación con ideas obsoletas respecto del cerebro humano, que afortunadamente la neurociencia se ha encargado de desmentir.
En efecto, la idea de que el cerebro humano funcionaba como un recipiente que podía recibir y guardar diferentes contenidos dio lugar a una educación memorizante, diseñada buscando eficiencia industrial, como si el proceso formativo óptimo fuese seguir la ruta de una línea de producción, agregando al recipiente, contenidos estandarizados para obtener al final del proceso, cerebros dotados de similar capacidad para procesar información.
En esta errónea idea (predominante hace un par de siglos o más, cuando se diseñaron los sistemas educativos tradicionales), dio origen a la división del proceso educativo en diversas disciplinas, algunas más importantes que otras, al currículo nacional y a la proliferación de las pruebas de alternativas. Estos engendros bajaron la calidad educativa en forma dramática y algunas de estas ideas aunque añejas, se perpetúan por la estructura conservadora del sistema educativo. Nada es más difícil que cuestionar creencias profundamente arraigadas. Por eso, cambiar estas premisas obsoletas resulta un desafío tan urgente como complicado. 
Hoy sabemos que el cerebro humano es muchísimo más complejo de lo que jamás imaginamos. Es, tal vez, la estructura más compleja del Universo. Por eso usaré algunas metáforas que pretenden describir de mejor manera como funciona esta joya evolutiva que tenemos los humanos. Y advierto desde ya, que toda metáfora es peligrosa, limitada y reduccionista y solo la usamos con finas didácticos para ilustrar el problema. 

Hoy sabemos que el cerebro humano se parece más a una antena receptora-transmisora que se está continuamente perfeccionando. Una antena que puede transmitir y recibir simultáneamente. Con la tendencia natural a sintonizar con la información que le resulta interesante o relevante. Y al mismo tiempo, reaccionar al estímulo que está percibiendo, descartándolo por irrelevante o poniéndole más atención para procesarla mejor (tal como escogemos música al recorrer el dial).

Las implicancias del cambio de metáfora cerebral, desde el recipiente vacío que se llena con los conocimientos del profesor, a la antena bidireccional que selecciona la información que es relevante en ese instante, tiene enormes implicaciones. Por ejemplo: 

  • El ambiente emocional del aula es de primordial importancia.
  • Si el contenido no le es relevante, no será procesado por el estudiante.
  • El interés del estudiante debe primar en la materia que se trata. 
  • El aprendizaje es consecuencia de la relevancia de la materia para el alumno.
No es la única metáfora que podemos aplicar al cerebro humano con los conocimientos de vanguardia que nos brinda la neurociencia:
También podemos hacer una analogía entre un cerebro y un músculo. Así como podemos entrenar al músculo para que adquiera más fuerza o flexibilidad, según el ejercicio que hagamos; también podemos entrenar al cerebro para que sea más poderoso al procesar información, especializándolo en resolver un tipo de problemas; o podemos prepararlo para resolver situaciones inéditas y así, darle flexibilidad. La estructura neuronal del cerebro está continuamente evolucionando. Adaptándose al uso que se le da. Al igual que un músculo, el funcionamiento óptimo del cerebro está dado por un equilibrio entre su eficiencia para procesar información y su flexibilidad para adaptarse a nuevas circunstancias. 

Las implicancias de esta analogía, nos permite corregir la idea de que la estructura neuronal queda definida en la infancia y que la inteligencia es una característica de una persona. No es así:

  • El cerebro es plástico. Siempre está adaptándose a la circunstancias. 
  • La capacidad para resolver problemas se puede entrenar. 
  • La creatividad también. 
  • La inteligencia siempre se puede mejorar y esa es la principal tarea de un profesor.
Estoy convencido de que si los profesores se tomaran en serio los avances de las ciencias cognitivas, hace rato que habríamos reformado el sistema educacional, tendríamos educación personalizada, mejores aprendizajes y estudiantes más realizados. Solo así, daríamos un salto cuántico hacia la calidad educativa. 

Pues bien, si hubiese que escoger solo una de las nuevas premisas para rediseñar la alicaída educación, yo comenzaría con la última: La misión del profesor es aumentar la inteligencia de sus estudiantes. Desde allí, se puede construir una nueva educación, con el gran propósito de mejorar la capacidad del ser humano para resolver problemas complejos. 

jueves, 21 de noviembre de 2019

La obsolescencia del paradigma científico



Las manifestaciones espontáneas que se están generando en el mundo entero, en mi opinión, no son actos conspirativos provocados por "agentes del mal". Considero que esa interpretación de los hechos es comprensible, pero resulta parcial e incompleta. En cambio, las protestas me parecen expresiones de profunda incomodidad y franca rebeldía frente al paradigma "científico", predominante en la modernidad. Estamos viviendo una crisis existencial y por tanto, son ataques a una cosmovisión poderosa pero inconsistente, fragmentada y obsoleta, que si bien ha generado un progreso económico indiscutible, también ha producido costos crecientes que no la hacen sustentable en el mediano plazo. En esta nueva era hiperconectada, en este mundo impulsado por la inteligencia artificial, los problemas que enfrentamos (que son muchos y en diversas áreas) no se pueden resolver con un pensamiento fragmentado o lineal. ¡La humanidad necesita una nueva forma de pensar! 

Las manifestaciones son el grito destemplado detrás de la violencia desatada por los encapuchados que no tienen nada que perder en una sociedad que ya los condenó; esa es la queja desgarradora detrás del castigo a las cacerolas vacías; ese es el ritmo al que marchan los desilusionados por la politiquería; ese el el foco de los incendios, los saqueos y también el origen del caos social. Es la única forma de castigar a todos políticos por su  irresponsabilidad. No justifico los actos vandálicos. En ningún caso. La violencia no resuelve problemas. Pero si escuchamos correctamente el clamor popular, con verdaderas ganas de entender qué demonios está pasando, debemos concluir que necesitamos cambiar nuestras premisas. Nuestras creencias más básicas están añejas, obsoletas. Si escuchamos bien, estas protestas son un llamado a cambiar de paradigma.  Un protesta ante la ceguera de las autoridades. Todas ellas. Porque todos estamos bastante ciegos.
Por cierto, no es la primera vez que hemos vivido épocas de ceguera colectiva...
Esto ha ocurrido con anterioridad.

Las protestas que hoy están desafiando al poder político son similares a las que provocaron el colapso del paradigma religioso (mítico) y que impusieron el paradigma científico (moderno) que hoy se cuestiona. Demasiado parecidas para mi gusto, lo que demuestra que hemos tropezado con la misma piedra varias veces. Veamos...

Hace más de 500 años, Martín Lutero, desafió al poder religioso de la iglesia católica (que perdonaba pecados a cambio de donaciones) e inició la revolución protestante pidiendo gratuidad para la salvación. Los protestantes no necesitaban a la iglesia como mediadora ante Dios. Su conciencia individual era la única autoridad moral válida. Se guiaban por la biblia y consiguían la salvación mediante una ética de trabajo impecable. De ahí nacieron  el individualismo, los empresarios y el capitalismo. Desde entonces, la religión comienza a perder poder y se plantan las semillas del individualismo y la revolución industrial. 

Paralelamente, Nicolás Copérnico sugirió que todo era una ilusión, dudó de nuestros sentidos, y también desafió a la teología y al sentido común. Probó matemáticamente que el Sol no giraba alrededor de la Tierra, sino que la Tierra giraba alrededor del Sol. El ser humano dejó de confiar en sus sentidos y dejó de ser el motivo de la Creación y el centro del Universo...

Luego, Galileo Galilei sentó las bases del método científico experimental buscando lograr total objetividad y fue pionero de la revolución científica del Renacimiento. Postuló que la materia es inerte y que el Universo está muerto. No tiene alma ni sentido. Y así, nos convirtió, sin querer, en individuos aislados, viviendo en un mundo totalmente indiferente.  

En aquella misma época, René Descartes un escéptico que desafió el pensamiento y  la autoridad predominante en la búsqueda de certezas absolutas (considerado el padre de la filosofía moderna), separa el mundo en 2 naturalezas diferentes: el mundo de la materia o del cuerpo que podía comprenderse con certezas a través de la razón y la ciencia; y el mundo del alma que debía analizarse a través de la fe y la religión. Desde entonces ciencia y espiritualidad siguieron caminos separados. Uno fortaleciéndose y otro debilitándose.

En estos 4 gigantes intelectuales de la Humanidad descansa el paradigma científico y  en su enorme influencia se explica la actual cultura occidental: individualista, materialista, escéptica y fragmentada en que vivimos desde el siglo XVII. Pues ahora, recién después de cientos de años, es evidente que las generaciones más jóvenes, están rechazando de plano estas viejas premisas:

a) El individualismo exagerado es demasiado peligroso si no consideran las consecuencias sobre el prójimo ni sobre la naturaleza, ni la responsabilidad ética de nuestros actos. El hombre egoísta y codicioso termina acumulando posesiones, alienándose de su entorno y siendo la principal causa de su propia extinción. Por eso, muchos jóvenes nos están juzgando. Les heredaremos una sociedad y un planeta enfermos. Para ellos, es evidente que todo está conectado, que nuestra identidad es colectiva. No estamos aislados. Nuestros destinos están inexorablemente unidos. Porque somos seres sociales y vivimos en comunidad, nos une un hilo que está demasiado tenso. 

b) El materialismo exacerbado deja fuera un aspecto fundamental del ser humano. Tenemos una dimensión espiritual atrofiada que debemos recuperar si queremos encontrarle sentido a la vida. Saber quienes somos y hacia adonde vamos, es un imperativo ético que no podemos soslayar. En efecto, ahora somos responsables de la dirección evolutiva del planeta y tenemos que asumir esa responsabilidad. Pero lo más importante es que la solución a la crisis social que vivimos no está en lo exclusivamente material. Debemos recuperar y ampliar el sentido de familia y aspirar a una existencia basada en bienes no materiales. 

c) Es por eso, que la ciencia occidental debe incorporar lo inmaterial en su quehacer, para buscar una explicación a los fenómenos mentales y en especial, a la conciencia.  Tal vez es aquí, donde la cultura oriental, que lleva miles de años estudiando y desarrollando las ciencias de la mente, puede ayudarnos a encontrar la paz y el bienestar que tanto necesitamos. Me parece que por eso los jóvenes están interesados en la meditación, el yoga y los estados alterados de conciencia. La mente tiene facultades que en occidente, no estamos usando. En alguna parte de nuestro inconsciente colectivo, reconocemos la falta de una parte esencial de nuestra naturaleza humana: el desarrollo de una mente sana. 

d) La fragmentación, propia del método científico e inculcada en la educación desde la primera infancia, no nos ha permitido desarrollar visión sistémica, pensamiento complejo, ni análisis holístico de  los  problemas que enfrentamos y explica una multiplicidad de problemas de convivencia causados por visiones que pueden haber sido bien intencionadas, pero han resultados parciales y miopes. Tal vez por eso, la democracia representativa ha fracasado. El mundo hiperconectado del siglo XXI necesita humanos y en especial políticos con formación integral. 

Si hoy estamos viviendo en un mundo computacional (horizontal, tecnológico, instantáneo, transparente, complejo, exponencial, integrado, enredado y virtual), necesitamos actualizar aquellas premisas y repensar la forma de vida. Con gran urgencia. Necesitamos otro paradigma, donde el respeto, la empatía, la compasión y la responsabilidad adquieran la dimensión que realmente merecen para justificar la prolongación de la aventura humana. 

Porque no somos individuos aislados. Somos seres conectados por nuestras conciencias. 
Porque materia y mente tampoco son sustancias diferentes. Son distintas formas de energía que pueden interactuar recíprocamente. 
Porque la ciencia y la religión no operan en ámbitos desconectados. Deben fusionarse para proponer un camino ancho que pueda ser recorrido por cualquier persona. 
Y también porque la evolución de la conciencia humana es un proyecto que nos incluye a todos. Con nuestras diferencias y peculiaridades. 
Somos más que simples humanos, o simples organismos vivos. Somos uno con los demás y con la propia naturaleza. La dualidad copernicana es una ilusión. Somos una gran conciencia intentando conocerse a si misma. Tan solo eso.

Postdata: No deja de sorprenderme el paralelo entre la petición de gratuidad para la salvación que exigían los protestantes, con la petición de gratuidad para la legislación, que quieren los jóvenes hoy. Si hace 5 siglos resultaba inmoral que la iglesia perdonara pecados con donaciones, hoy resulta más inmoral aún que los políticos otorguen privilegios a sus propios financistas. O tengan fuero, o se fijen los sueldos...

lunes, 30 de septiembre de 2019

Los pensamientos crean realidades

La evolución biológica es una magnífica idea (surgida hace más de 150 años en la mente humana) que ha sido tan respaldada por abundante evidencia científica que hoy resulta francamente sorprendente cuestionarla. Aceptemos que para el hombre del siglo 21, es evidente que en la naturaleza, todo evoluciona y que el cambio es continuo e inexorable. 
Lo que no calza bien con los conocimientos que la ciencia ha alcanzado en algunas nuevas disciplinas, es que el proceso evolutivo sea azaroso. La adaptación al cambio y las mutaciones genéticas, parecen perseguir la conservación de la vida siguiendo un patrón de prueba y error que no es exclusivamente aleatorio. La evolución parece tener un propósito y ahora que nuestra especie se enfrenta a un desafío mayúsculo  de supervivencia nuestra tarea es reconocerlo, aceptarlo y apoyarlo. 
Según Ken Wilber, un análisis verdaderamente integral de cualquier proceso (incluyendo a la evolución), nos obliga a observarlo desde al menos 4 dimensiones diferentes: interior y exterior; individual y colectivo.
Pues bien, no cabe duda de que la ciencia ha estudiado profundamente los procesos evolutivos examinando la coherencia de los cambios en las formas físicas de los organismos y su rigurosa adaptación al medio ambiente. Siguiendo su propia metodología al concentrarse en hechos concretos, medibles y cuantificables, la ciencia se ha enfocado concretamente  en la dimensión exterior de los procesos evolutivos. 
Y así, la evolución darwiniana ha llegado a conclusiones podrían ser cuestionadas puesto que no toman en cuenta los aspectos interiores del fenómeno evolutivo. Una mirada integral al proceso evolutivo, exige que tomemos en cuenta la dimensión interior de la evolución y que postulemos que el cambio exterior es una manifestación del cambio interior. 
Las ciencias cognitivas y de la complejidad ahora reconocen la profunda interconexión de los cambios internos y externos. Según estas disciplinas, la activación genética y su manifestación física, puede tener origen en las emociones y la interpretación de las experiencias de los organismos. Es decir, nuestros pensamientos influirían directamente en la activación de los genes que necesitaremos para enfrentar los desafíos que nos presenta el ambiente. No somos organismos que se adaptan pasivamente a los cambios sino que nos transformamos para vivir en un mundo que está evolucionando para adaptarse a nosotros. Todos los seres vivientes somos co-creadores del universo que habitamos. Nuestros pensamientos han creado nuestra realidad. 
Una de las consecuencias más dramáticas de esta mirada más integral al proceso evolutivo es que nuestra realidad exterior puede ser simplemente un reflejo del nivel de conciencia predominante que tenemos. Los problemas que estamos enfrentando (climáticos, económicos, sociales y políticos, entre otros), son reflejo de una cultura etnocéntrica,  de esa educación fragmentada que nos inculcaron y de múltiples generaciones humanas repletas de pensamientos irresponsables, ambiciosos, egoístas y autoritarios. Somos una especie inmadura. 
La única solución para la sustentabilidad de la vida humana es tomar conciencia de la importancia de nuestros pensamientos. Y a ser responsables con ellos. A juntarlos con otros pensamientos positivos y generar ese tsunami de respeto que necesitamos para ubicarnos. A contribuir al cambio de polaridad que necesita la Tierra, con optimismo y alegría. A reconocer la  increíble abundancia del maltrecho planeta y a celebrarla con generosidad. A aceptar el legado de nuestros antepasados y construir un puente hacia un futuro feliz para las generaciones venideras. A apreciar la verdad parcial que tiene la visión de cada uno, enriqueciéndonos con otras posturas. A generar el cambio de pensamiento que permita salvar a nuestra especie de la extinción...

Entonces, acepta esta invitación a trascender al ser humano actual, aceptándolo como una etapa necesaria en la evolución espiritual y proyectándolo hacia su pleno potencial creador. No estás solo. Eres parte de una especie que puede acceder a la información acumulada del pasad, del presente y del futuro. No tienes límites. Eres infinito, eterno y omnipresente. Usa el instrumento más potente que se haya creado jamás: tu propia mente...
¡Piensa con optimismo! Comprende, aprende e interpreta la información con creatidad...
¡Actúa con amor! Quiere todo lo que haces y deja que esa emoción guíe tus pasos...
¡Fluye! Acepta los designios del universo con esperanza y total confianza...
!Imagina! Tu infinita genialidad se necesita para concebir una nueva y mejor realidad...
¡Contribuye! Eres la gota que llenará el vaso del potencial humano...
¡Toma conciencia! Estás presente en toda la existencia...




miércoles, 22 de mayo de 2019

La elefante matriarca

El año pasado, iba en la parte posterior de un jeep abierto junto a otros 5 turistas, explorando la sabana salvaje del Parque Krugger en Sudáfrica, para ver los magníficos animales en vivo y en directo interactuando en plena naturaleza. Era de noche y estaba muy oscuro. Un safari de observación. El rastreador estaba sentado sobre el capó buscando señales de vida con un potente foco, mientras avanzábamos con precaución. Conducía el vehículo un guía, que pretendía llevarnos donde recién habían avistado a un magnífico león adulto. La única especie de los 5 grandes animales que nos faltaba por avistar. 
Había sido un largo día. Esa madrugada habíamos visto un espectáculo sobrecogedor. Casi frente a nuestros ojos, una leopardo hembra bastante joven, logró cazar a una impala de su mismo tamaño y estaba siendo acechada por las hienas que querían quitarle su valioso botín, que parecía aun palpitar. Con un fuerza descomunal, la felina subió a su presa a un árbol de unos 6 metros para dejarla fuera del alcance de las agresivas pero sonrientes carroñeras. Y luego de algunos minutos, acomodándola entre las ramas, bajó del árbol y desapareció, escondiéndose entre la espesa hierba. 
Las hienas pronto dieron señales de preocupación. Una jauría de pequeños perros salvajes se acercaba. Una de las hienas más viejas, no quiso alejarse del árbol y fue acorralada por unos atrevidos cachorros que la atacaron sin piedad. Los gruñidos y gritos aún resonaban en mis oídos. La batalla fue feroz. Nadie quería ceder territorio. 
Aunque habían transcurrido varias horas, aun estaba afectado por la violenta y cruel competencia por alimentarse que debían enfrentar a diario aquellos milenarios habitantes del continente africano.
Esa noche, entusiasmados por la invitación, y a pesar del cansancio, aceptamos el desafío de buscar al rey de la selva en plena oscuridad. La luna nueva apenas iluminaba. Salimos protegidos contra el frío. Las estrellas cubrían todo el firmamento con una claridad simplemente asombrosa. El inquieto haz de luz del foco que sostenía el rastreador era nuestra única referencia. El resto era oscuridad pura. 
A poco andar, el guía y el rastreador comenzaron a susurrar en el idioma de los aborígenes locales. Ninguno de los turistas entendía nada, pero intuíamos que estaban preocupados. Disminuyeron la velocidad. Fuimos alertados por una serie de ruidos que salían de las sombras. Nos detuvimos. Algo grande se acercaba. Nos pidieron silencio. Escuchamos resoplidos y muchos crujidos. Los árboles se quejaban. Algo enorme los trituraba...
Apagaron el foco y las luces del jeep. El guía nos explicó en voz baja que estábamos rodeados por una gigantesca manada de elefantes. Eran cientos de ellos. Literalmente. No podíamos asustarlos ni movernos sin ponernos en riesgo. Tendríamos que quedarnos allí, detenidos, apagar el motor y las luces, evitar los movimientos bruscos, no extender los brazos y mantenernos en silencio. Hasta que los paquidermos nos dejaran atrás. 
Aprovechen de mirar al cielo o meditar y escuchar el mensaje que les transmite el universo. Por ahora no podemos hacer nada más, sentenció el guía y se sumió en el silencio. La oscuridad nos envolvió. Los elefantes también. Las estrellas eran lejanos testigos del encuentro entre unos extraños visitantes y aquella enorme manada de elefantes. Las magníficas bestias estaban tan cerca que su respiración se sentía con toda claridad. Algunos sonidos guturales que parecían venir de ultratumba nos sobresaltaban de cuando en cuando. No tenían prisa y avanzaban muy lentamente. 
Yo estaba en el asiento posterior. Bastante más elevado que las otras filas de asientos. Percibía la presencia de un gigantesco elefante muy cerca, demasiado tal vez. Estaba intentando identificarme. Su olor era potente. Su poderoso cuerpo estaba apenas a unos escasos centímetros de mi cabeza. No se veía casi nada en esa profunda oscuridad, pero el suave movimiento del aire en mi cara, me indicaba que su trompa también me estaba olfateando. 
–¿Quién eres?– parecía preguntarme con curiosidad.
– Soy un observador –contesté mentalmente con algo de miedo y mucha fascinación. 
Entonces ocurrió algo totalmente inesperado. ¡Establecimos contacto telepático! Hablamos. –Soy la matriarca que acompaña a este grupo. No temas. Somos respetuosas de la vida...
–Pero aquí la violencia despierta en un instante y la muerte acecha constantemente – Repliqué automáticamente. Mi mente no era capaz de contenerse recordando los eventos de la mañana y la elefanta obviamente leyó mis pensamientos.
–Nada es lo que parece desde la perspectiva personal. Si eres un observador, mira desde el punto de vista de la naturaleza. No desde la perspectiva de un hombre o de algún animal. La naturaleza es vida, que se expresa en muchos organismos, todos diferentes y sin embargo jugando el mismo juego. Todas las criaturas existen para contagiar vida. Para la naturaleza, la muerte es solo la transformación de esa energía sagrada en más vida. Es energía que cambia de organismo para continuar existiendo. Y así, cambiando de organismo, como tú te cambias de ropa, la vida pretende mantenerse palpitando por millones de años. 
–¿Quieres decir que la muerte es buena?– pregunté.
–Todos aquí danzamos al son de la vida. Todo ser viviente: los animales, las plantas  y los insectos. Nuestra tarea es preservar la música que resuena en la Tierra. La muerte es solo un instrumento que deja de tocar, pero cuyo silencio permite que otros instrumentos alimenten la melodía milagrosa de la evolución. Aquella leoparda debía alimentar a sus dos cachorros que no comían desde hace varios días; los perros salvajes seguramente intentaron recoger algunas sobras y las hienas comieron los desechos; los buitres y hasta las hormigas continuaron transformando el sacrificio de esa heroica impala en más vida. En algunas horas no quedó nada de ese animal. Su energía vital se transmutó hacia otros organismos, de otras especies. Su muerte es un regalo de más vida para los demás. Y todos lo agradecemos de verdad...
–Ahora que lo dices, creo que lo comprendo mejor. No se trata de un organismo individual. La vida existe como un organismo colectivo. Todos somos responsables de cultivarla –contesté.
–Nosotros hacemos nuestra parte. Pero ustedes..., pues, digamos que ustedes ya no se sienten responsables de la vida ajena. Hace tiempo que los humanos decidieron que solo su vida era importante. Abandonaron la danza y solo quieren bailar con algunos pocos miembros de su propia especie. Ni siquiera con todos. Es una lástima. Y además, hacen peligrar nuestra música ancestral. Cada vez nos cuesta más. La vida en la Tierra sufre. Tal vez tú, puedas enseñarles a tus congéneres, a mirar su existencia desde el punto de vista de la naturaleza, a respetar la energía sagrada en cualquier organismo, a cuidar los signos vitales del planeta. 
–¡Claro que lo haré! –respondí entusiasmado.
–Entonces me voy. Debo conducir a mi manada a un estanque de agua que nos ayudará a seguir extendiendo nuestra energía por generaciones y generaciones..., siempre que el ser humano comprenda. 
Lentamente se alejó. La elefanta matriarca siguió su camino, no sin antes haberme convencido de transmitir su mensaje al resto de la Humanidad. La vida es sagrada. Esté donde esté. 

miércoles, 15 de mayo de 2019

Los consejos de Pepe Grillo

Muchas veces escuchamos una voz interior que nos habla. Walt Disney la inmortalizó como un grillo parlanchín en la película Pinocho, pero yo diría que es más bien un murmullo que proviene de nuestras entrañas. Parece ser el lenguaje con que el cuerpo nos transmite su impresión sobre lo que está ocurriendo. Algunos lo consideran la intuición y otros, un condicionamiento cultural. Son las enseñanzas que nuestras familias nos han inculcado, las costumbres de la sociedad y los hábitos que hemos desarrollado, que resuenan en nuestra mente. Esa voz interior actúa como brújula moral y nos ayuda a decidir como debemos actuar, en función de nuestros valores y creencias. 

En la sociedad occidental los consejos más habituales que recibimos de ese Pepe Grillo son:
  • Cúidate de las tentaciones
  • Dí siempre la verdad
  • Trata de ser justo y ecuánime
  • Sé una buena persona
  • Usa tus talentos
  • Descubre tu pasión
  • Elige una misión
En el taller de autoconocimiento, los identificamos como hilos con que la sociedad nos pretende manejar, condicionándonos como marionetas sin libre albedrío. Porque las tentaciones, la verdad, la justicia y la bondad, parecen estar previamente definidos. La sociedad dictamina qué tentaciones son peligrosas, cuál es "su" verdad y define la forma de hacer justicia. Es la sociedad quien define la línea que separa el bien del mal. Y nos educa para ser "buenas" personas. Pensamos que hay que aceptar estos sabios consejos,   siempre que los interpretemos desde nuestra propia y única perspectiva. Asegurándonos que no sean creencias impuestas por terceros sino directrices que ayudan a orientarnos. 

Reconociendo que vivimos en comunidad y que debemos respetar a los demás, para no vivir como simples marionetas debemos cuestionar continuamente los consejos de Pepe Grillo y entenderlos como sugerencias para actuar en armonía con nuestra verdadera identidad.  

Si queremos conocernos bien, ciertamente tendremos que controlarnos frente a nuestras tentaciones (especialmente aquellas que son nuestras debilidades más íntimas). Y para eso, primero debemos identificarlas. Preguntarnos, ¿qué nos tienta? y luego reflexionar si debemos alejarnos de cada una de nuestras inclinaciones. No debemos partir del supuesto que todas las tentaciones son negativas. Se trata de evitar aquellas que nos dañan en el largo plazo y reconocer que algunas inclinaciones placenteras pueden ser muy peligrosas. 


Y también debemos ser honestos (pero con nuestra verdadera identidad, no con aquella que otros pretenden endilgarnos). Francamente resulta difícil ser honestos, sin saber quienes somos. Tampoco debemos aceptar la premisa de que existe una verdad absoluta y por tanto, hay que ofrecer la verdad desde nuestra perspectiva, dejando algo de espacio para cambiar de opinión. Nuestras verdades dependen de nuestras creencias. Y nuestras creencias evolucionan. Por tanto, decir la verdad no debe confundirse con ser fundamentalista. 

Además, debemos jugar limpio y respetar a los demás (pero con reglas que nos hagan sentido, no que sean impuestas por terceros). El juego de la vida es complejo y misterioso. Hacerle trampas a la vida suele terminar mal. Por eso es sabio el consejo de ser justos. No solo nos permite dormir mejor, sino también ganarnos el respeto de los demás. Es más fácil perdonar un error que una injusticia.

Por otra parte, para ser una buena persona, hay que saber distinguir entre el bien y el mal. Pues bien, creo que es difícil encontrar cosas intrínsecamente buenas o malas. Me atrevería a decir que no existen. Lo que calificamos de bueno o malo, son interpretaciones en función de la situación en que nos encontramos. Etiquetas que ponemos a ciertos hechos. Ser una buena persona, desde esta perspectiva, es dejarnos guiar por la fuente de nuestra energía vital: el amor. 


Nuestros talentos son aptitudes naturales que tenemos. Capacidades personales que traemos al mundo y que debemos cultivar y desarrollar o de lo contrario esos talentos se pierden. No es fácil reconocer nuestras cualidades porque son innatas. Resaltan  al compararnos con otros. De todos las herramientas que posee el ser humano, son las que usamos con mayor facilidad, nuestras herramientas preferidas. Y el consejo nos insta a perfeccionarnos en su uso. A cultivar los talentos.


Para descubrir lo que de verdad nos apasiona, basta fijarse en aquello que nos atrae como un imán. Algunos lo denominan nuestra vocación porque experimentamos gran placer al hacerlo y no percibimos el transcurso del tiempo. La pasión es aquella energía que nos mueve sin desgastarnos. Es la causa que nos motiva. La llave de nuestra felicidad. Invertir tiempo en nuestra vocación debiera ser un buen negocio y dedicarnos a ella, es una receta probada para el éxito. Al revés, quien traiciona a su corazón, difícilmente disfrutará su vida. 


El último consejo apunta hacia nuestra responsabilidad. Somos humanos y hemos  logrado sobrevivir porque hemos aprendido a cooperar. Nuestra historia evolutiva ha demostrado que el individualismo extremo no es una estrategia sustentable y que la adaptación inteligente requiere una buena dosis de altruismo y solidaridad. Tu vida tiene sentido también para la humanidad. Estás acá para contribuir a mejorar la aventura común. Nadie más tiene la original mezcla de creencias, capacidad y vocación para aportar tu grano de arena. Esa es tu misión. Tu rumbo óptimo.

Discernir si estos consejos son impuestos por nuestra cultura o son intuiciones valiosas que nos llegan del inconsciente es uno de los grandes desafíos que tenemos. Mientras tanto, recomendamos seguirlos para darle sentido a nuestras vidas.

miércoles, 17 de abril de 2019

Las sugerencias de Mafalda

Mafalda es un personaje notable del gran humorista Quino.  Una niña inocente de 6 años que nació en 1964 y vivió en un mundo de adultos que ella no lograba comprender. Sus asombrosas reflexiones siempre pretendían mejorar el mundo y supongo que algo de eso logró porque a pesar de su proverbial pesimismo, siempre nos hizo sonreír de buena gana y reconocer que el comportamiento humano es bastante desconcertante.
Mafalda representa la cosmovisión predominante de los jóvenes en la segunda mitad del siglo pasado. Una visión crítica respecto del comportamiento de los adultos, que estaban siendo irresponsables y peor aun, que eran peligrosamente inconscientes de las consecuencias  de sus actos en el mediano plazo. Su acidez era justificada. Su intuición, certera. Se sentía impotente frente a una crisis que engordaba alimentándose de la indolencia antropocéntrica.
Ella sabía que el mundo estaba enfermo y necesitaba ayuda urgente. Hoy reconocemos que el calentamiento global fue generado por la inexcusable miopía humana que ella denunció oportunamente. Pero pocos modificaron su conducta. Actualmente enfrentamos una crisis existencial que nos obligará a dejar atrás el modo de pensar de esa niña que ha envejecido y ahora se apresta a abdicar. La crítica no sirve para generar cambios. Genera justificaciones. El pesimismo envenena el alma. Mafalda hizo un diagnostico correcto, pero ahora el malestar de la Tierra debe ser tratado por un médico urgenciólogo. Alguien que represente una nueva cosmovisión que nos conecte a todos, en la ineludible misión de salvar al planeta y que nos haga enteramente responsables del futuro de la aventura humana.
Debemos agradecer las advertencias de Mafalda y trascender la denuncia por una proactividad colectiva responsable. Está emergiendo ese nuevo paradigma que la reemplazará. Despidamonos de ella. En su honor les presento 7 sugerencias para comenzar un viaje hacia el autodescubrimiento que ampliará nuestra mirada. Las llamo las sugerencias de Mafalda porque forman un acróstico con su nombre:
  • Medite
  • Agradezca
  • Fluya
  • Actúe con amor
  • Libérese
  • Disfrute
  • Armonícese
Estas son sugerencias para conocernos mejor, y parecen simples pero deben analizarse en profundidad, para asimilar bien el mensaje que nos quiere regalar Mafalda. Veamos:

Meditar implica trascender el pensamiento, abrazar el presente y disolverse en el silencio. Es una conducta que nos concentra en el preciso momento que estamos viviendo al apagar el ruido ambiente que generan las ideas que circulan en la mente. Y cuando estamos allí, totalmente absortos en el presente, huérfanos de pensamientos, podemos encontrarnos con el testigo de nuestras divagaciones. El observador. Nuestra profunda identidad. 

Ser agradecido nos conduce al desarrollo de nuestro pleno potencial, orientándonos hacia la dirección de mayor evolución personal. Nos invita a concentrarnos en nuestros talentos, en nuestros bienes, en nuestras amistades y en nuestros amores. Así comenzaremos a mirar la vida con más optimismo y a atraer mejores energías. Hay que agradecer a la vida para que la vida sea agradecida con nosotros. Y agradeciendo nuestras bendiciones, reconoceremos nuestras verdaderas capacidades.

Fluir es vivir sin oponer resistencia. Es confiar en que el universo sabe mucho más que nosotros y que propondrá una mejor solución. Es saber que todo lo que sucede, tiene un sentido profundo. Y por lo tanto, no debemos malgastar energías en criticar o reclamar. Tampoco debemos juzgar, porque no tenemos toda la información. Fluir no es dejarse llevar  en forma inconsciente, sino más bien saber dirigir suavemente el parapente de nuestras vidas deslizándonos suavemente rumbo al bienestar. Se trata de aprender a viajar sin desgastarnos para no perder energía vital en superficialidades. 

Actuar en lugar de permanecer inmovilizados es obvio en un mundo tan cambiante. Hay que vencer la incertidumbre y la indecisión para avanzar. Y si actuamos impulsados por el amor, siguiendo los consejos de nuestro corazón, no solo nos sentiremos bien, sino que también cosecharemos lo que sembramos. Toda acción tiene consecuencias. Toda buena acción tiene buenas consecuencias. La ley del karma es inexorable. Y aprenderemos mucho acerca de nosotros mismos, si escuchamos lo que dice nuestro corazón.

Somos prisioneros. Estamos atrapados en una maraña de condicionamientos que no hemos escogido y lo peor es que no parecemos darnos cuenta. Nuestras culpas y nuestros rencores son cadenas del pasado. Perdónese, perdone y vuelva a perdonar. Nuestros miedos nos atan a un futuro improbable. Y nuestras incoherencias nos tensionan. Debemos escalar nuestra propia estatua de la libertad y de paso, aceptar toda la responsabilidad por la vida que estamos viviendo. Para liberarnos debemos reconocer nuestros condicionamientos. Especialmente aquellos que son inconscientes. Esas fuerzas invisibles que inhiben nuestro potencial. 

Una vez liberados, podemos elegir ser felices y disfrutar cada momento. Divertirse es al mismo tiempo, un derecho y un deber. Ser optimista es la mejor estrategia para vivir. Recuerden que la risa es un remedio infalible. Por eso deberíamos afinar nuestro sentido del humor y no tomarnos tan en serio. Nos hemos vuelto tontos graves. La vida es una ilusión, como una película y no tiene sentido vivirla sin gozarla. Es importante conocer nuestros gustos e intentar satisfacerlos. 

Por último, Mafalda sugiere que nos armonicemos porque estamos desafinados. Somos instrumentos disonantes. Acarreamos tensiones opuestas en muchas áreas. Ella implora por coherencia. Nos pide armonía entre cuerpo, mente y alma. Nos pide armonía interior, entre conducta, pensamientos, emociones e intenciones. Y también espera que tengamos armonía con nuestros semejantes, con la naturaleza y con todo el cosmos. Alinear nuestra energía no solo es saludable, es una practica sustentable para nosotros y quienes nos rodean. 


lunes, 18 de marzo de 2019

El rector atribulado

Hoy por hoy, la mayoría de los directores de colegios sabe que la educación es un proceso alienante que fragmenta la realidad, intenta homogeneizar a todos, inhibe cualquier talento especial y prohibe la creatividad. Y sabiendo eso, no pueden oponerse al sistema, que está diseñado para sofocar cualquier intento de cambio y expulsar con prontitud a los rebeldes. El dilema que enfrentan los directores es de sobrevivencia. Si incentivan cambios radicales, pierden sus puestos y al mismo tiempo, cualquier influencia que podrían ejercer para corregir el rumbo. Por eso, normalmente siguen el juego de un ministerio que prefiere ser inconsciente de lo que realmente está haciendo.

Uno de los personajes principales de la novela, Los Secretos del Escarabajo, un   director reconocido por los extraordinarios resultados académicos de sus estudiantes, solo se atreve a desafiar al sistema cuando ha conseguido el mayor éxito posible: recibir el equivalente al Oscar de la educación. Y allí en el escenario, frente a todas las autoridades, decide rechazar el premio. 
En ese acto inusitado, invoca a esas fuerzas invisibles que torcerán dramáticamente su destino para finalmente mostrarle la senda de la educación de calidad. Sufre un accidente aéreo que lo deja parapléjico y al borde de la muerte en medio de la selva amazónica, dejando en evidencia que nuestras vidas son más frágiles de lo que pensamos. Una mujer chamán lo cura de sus heridas físicas y psicológicas y le muestra un tipo de relación con la naturaleza que nuestra civilización occidental ha olvidado. Durante meses logra sobrevivir con ayuda de una tribu aislada en las profundidades de la jungla, hasta que finalmente, cuando demuestra que se ha convertido en un ser ecológico, en armonía con la naturaleza, deciden devolverlo a su mundo. 
Entonces es puesto en una balsa a la deriva en un río que con suerte, lo haría retornar a la civilización. A punto de fallecer nuevamente, es encontrado por un colega profesor que no había perdido las esperanzas de encontrarlo con vida. Vuelve así a su colegio, con una extraordinaria misión: transformar la educación para convertir al humano en un ser ecológico, respetuoso de la vida en cualquiera de sus expresiones y sensible a la naturaleza y su entorno. Retoma su puesto convertido en un fiel representante de la ecología profunda, la disciplina que nos obliga a vernos como la especie dominante del planeta, a cargo del bienestar de todos los organismos que nos acompañan en nuestro viaje cósmico. 
Propone desarrollar una mirada holística, que a diferencia de la fragmentación propuesta por la educación tradicional, reconoce la profunda interconexión de nuestra realidad. Todo está conectado. Nada es casualidad. Esas fuerzas invisibles que los nativos atribuían a espíritus, son energías sutiles que manifiestan un orden implícito en el universo. Su persistencia logró transformar la educación de su colegio y sembró allí la semilla para cambiar el mundo. 
El atribulado rector, que debió pasar por duras experiencias y sufrimientos, finalmente encontró el verdadero sentido de su vida al armonizar sus emociones más profundas con sus acciones al hacerse consciente de su gran responsabilidad como un ser humano que tiene poder. El poder sin conciencia es tóxico. El poder con conciencia es mágico. Yo me imagino a este personaje como un visionario aventurero que luchó contra la incomprensión como Douglas Tompkins. 

martes, 12 de febrero de 2019

El escuálido fakir

Otro personaje interesante de la novela: "Los secretos del escarabajo" es un enigmático fakir, que aparece de la nada y que intenta convencernos de que el dolor en realidad, no existe. Sostiene que es algo intangible, que sólo lo encontramos en nuestro interior y es generado por nuestras interpretaciones. Este extraño ilusionista, más bien propio de un circo, es portador de una sabiduría ancestral que reconoce la profunda interconexión de la vida y de la necesidad de incorporarnos a una comunidad para sobrevivir y evolucionar. Dice habitar en un mundo de arañas y hormigas, donde continuamente se tejen redes y se trabaja en equipo. Y si reflexionamos sobre esta aseveración, podría estar hablando de la internet. Muchos de nuestros jóvenes viven en ese mundo virtual, tejido por redes complejas. 
Tal vez es sólo un personaje secundario de la novela, pero su influencia es vital, puesto que logra salvar la vida de uno de nuestros héroes. Ante su desolación, le promete un camino alternativo, sin sufrimiento. Para trascender la ilusión dolorosa, le propone calmar los pensamientos, meditar y seguir los consejos de un maestro iluminado para aprender a observar las fuerzas invisibles que gobiernan nuestras vidas. Y díganme que no tiene mucha razón... Los acontecimientos que agitan nuestras experiencias y tuercen nuestros destinos, son motivados por emociones. Etéreas e invisibles, pero poderosas energías.
Este delgado místico, también decía que se alimentaba de luz, lo que podía ser una manera de plantear que era vegetariano. O tal vez, su forma de insinuar que somos seres luminosos, o quizás, quería insistir en que era un personaje virtual, dentro de la matrix. Esto, lo dejaré a vuestra interpretación. No es lo más relevante...
Lo que a mi me parece mucho más interesante, es que el fakir sostenía categóricamente que nuestra vida es perfecta. Perfecta para el aprendizaje que nuestra alma debe lograr en esta vida. Según  él, todos los acontecimientos que nos ocurren, tienen una razón de ser. Son necesarios y precisos para nuestro crecimiento espiritual. Según él, no debemos quejarnos porque todo lo que sucede nos viene de perillas para nuestra correcta evolución espiritual. Pensar así, nos convierte en seres optimistas, confiados, flexibles, preparados para los cambios y dispuestos a aprender con lo que nos traiga el destino. ¿Asombrosa filosofía, no?
Y continuando con su receta para vivir mejor, también sugiere que busquemos nuestra verdadera identidad recorriendo el camino hacia la luz. Me parece que esta es una declaración que señala que el sentido de la vida es el desarrollo espiritual. Y que nuestro deber es hacer madurar al ego, obligándolo periódicamente a construir nuevas identidades, en la medida que nos vamos haciendo más sabios y conscientes.

sábado, 26 de enero de 2019

La mujer chamán

Hay un personaje mágico en el libro que acabo de publicar en Amazon: "Los secretos del Escarabajo". Se trata de una mujer-chamán, la principal autoridad de una tribu que vive aislada en la profundidad del Amazonas y nos conmina a convertirnos en seres profundamente ecológicos. Compenetrados con la naturaleza. Responsables de la armonía de la vida terrestre en todas sus expresiones. Es una mujer sabia y misteriosa que ha heredado conocimientos sutiles, escondidos en la frondosa selva amazónica.

Tal vez lo expresa mejor otro de los personajes principales del libro, un educador que convivió con ella y asimiló gran parte de sus enseñanzas:

"En mi opinión, la mejor forma de proteger la vida en nuestro planeta, es que el ser humano aprenda a ser feliz sintiéndose parte de la naturaleza y haciéndose responsable de la salud del ecosistema terrestre, custodiando el bienestar de todos los organismos que habitan en el mundo. Empatizando con lo no semejante. Disfrutando la existencia. Despertando la sensibilidad humana para apreciar la belleza y recuperando a la naturaleza como fuente de bienestar. La incomodidad que sentimos proviene del desequilibrio eco-social que nosotros mismos hemos provocado. La crisis ambiental es una crisis cultural que solo se puede resolver con una nueva educación. Propongo educar para descubrir la felicidad en la armonía de los ecosistemas."

El cambio climático –la fiebre del planeta azul– es el principal síntoma de un modo de vida  humano que no es sustentable. La toma de conciencia respecto de la necesidad de cambiar el paradigma que propone que la naturaleza está allí para nuestro beneficio -que podemos explotarla–, es cada vez mayor. En efecto, hace un par de generaciones, ir de cacería era una aventura. Hoy es considerada un pecado. La sensibilidad humana respecto  del medio-ambiente aumenta exponencialmente. La crueldad contra los animales es condenada en muchas partes. Incluso los experimentos científicos ahora no pueden abusar tanto de los animales. Hay muchos ejemplos adicionales que nos permiten mirar con algo de optimismo nuestro futuro. Vamos avanzando sostenidamente hacia un paradigma respetuoso de la naturaleza. 

La naturaleza no es algo que está allí afuera, independiente de nosotros. Acarrea toda la experiencia evolutiva del planeta y se ha transformado y vuelto a transformar infinidad de veces, para finalmente permitir el surgimiento de la vida humana. Somos una expresión de su increíble creatividad. Es nuestro nido cósmico. Nuestro hogar. Debemos protegerla porque en su armonía está nuestra felicidad. 

Ha llegado el momento de incorporar en el currículo escolar conceptos como la ecología, que demuestra la profunda interconectividad de la vida; la sustentabilidad, que propone una mirada responsable del uso de los recursos naturales; la empatía, que nos pone en el lugar del otro y la armonía, que nos impulsa a complementarnos con el concierto vital. Nuestros jóvenes deben educarse como protectores de la naturaleza.

Por eso, la mujer-chamán que conoce la verdadera historia evolutiva del planeta, sabe que el humano del futuro ha de estar en total armonía con la vida en el planeta Tierra. Ha de convertirse en un ser ecológico..., si pretende sobrevivir.

martes, 22 de enero de 2019

El escarabajo

Después de 2 años retomo esta tribuna para continuar luchando por mejorar la educación. Me he tomado todo ese tiempo para escribir, pulir y terminar un proyecto cinematográfico que ideamos con Ricardo Larraín, justo antes de su fallecimiento. Finalmente lo he terminado y ahora puedo decir con cierto orgullo, que he publicado  una novela que trata de la asombrosa transformación de un colegio del siglo XXI. Se dividió en dos partes y está estructurada en 7 capítulos de 7 episodios cada uno. Como si fuese una serie de Netflix y los capítulos fuesen las temporadas. Pueden encontrar los libros en Amazon:
La primera parte pueden encontrarla aquí: Los secretos del escarabajo
En este tomo se relatan las increíbles aventuras de los rectores de un colegio llamado: El Escarabajo. En el primer capítulo, se postula que la vida es una aventura educativa. Y allí se cuenta la historia de un educador que tiene un accidente aéreo quedando postrado en la selva amazónica. En el segundo capítulo, se sugiere que todos recorremos un camino espiritual único e irrepetible. Y nos muestra los avatares de un artista que sufre una desilusión amorosa y peregrina por la India en busca respuestas existenciales. En el tercer capítulo, demuestra que nada de lo que ocurre es casual. Allí se detallan los pormenores que conectan a estos dos personajes tan distintos y que los unen en una misión conjunta para cambiar la educación. Esta primera parte termina con un interludio que nos deja intrigados por lo que sucederá a continuación. Se trata de un thriller psicológico que explica desde sus personajes principales, la transformación de un colegio del siglo XXI.
La segunda parte se puede encontrar acá: Más secretos del escarabajo
Este tomo viene con un breve resumen de los 3 capítulos narrados en la primera parte, pero recomendamos leer la historia desde el inicio, antes de zambullirse en la lectura de este volumen. Si en la primera parte de esta novela, la transformación del colegio era generada por las insólitas experiencias de sus rectores, en esta segunda parte de la novela, nace un nuevo personaje –con un nuevo tipo de conciencia, más evolucionado– que acelera el cambio cultural y revoluciona a la comunidad escolar. Una niña con inteligencia privilegiada que interpreta la realidad desde una óptica tan distinta, que puede despojar de sus disfraces a todos los personajes y descubrir quienes realmente son. En el cuarto capítulo, se relata su nacimiento y como se hace tan inteligente. En el quinto capítulo, se revela quién es su madre. En el sexto capítulo, se cuentan sus dificultades para adaptarse a la sociedad y en el séptimo capítulo, nuestros queridos personajes son despojados de sus disfraces y esto la obliga a reconstruir su propia historia desde una mirada colectiva y a reconocer una nueva misión, mucho más trascendental. Y de paso, nos desafía a hacer lo mismo con nuestras vidas. 
Espero que se entretengan y que después de leer estas novelas, también acepten el desafío de reescribir vuestras vidas, desde una perspectiva más amplia. ¡Que la suerte los acompañe!

Aquí encontrarán el libro:Los secretos del escarabajo