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miércoles, 26 de julio de 2017

La intuición

La mayoría de los seres humanos tenemos una idea equivocada de cómo funciona nuestro cerebro. Nuestro cerebro no funciona solo como un computador que procesa la información recolectada por nuestros 5 sentidos. Es, por sobre todo, un delicado y preciso radar de ideas. Un detector de vibraciones que es capaz de sintonizar con las energías invisibles que nos rodean. Porque vivimos en un universo energético. Sintonizamos nuestro cerebro en aquellas frecuencias que nos interesan, para nutrirnos de nuevas ideas. Tal como sintonizamos la radio de nuestro auto para escuchar la música que nos gusta o los comentarios que nos interesan. Y cuando captamos alguna información interesante, pensamos que es una idea nuestra. 

A este proceso de detección de ideas, lo llamamos intuición. Y es nuestra principal herramienta para sobrevivir y evolucionar. Esa extraordinaria capacidad intuitiva nos permite inferir, aprender, expandir nuestra conciencia y nutrirnos de información más allá de la que nos proporcionan nuestros 5 sentidos. Más allá de lo obvio, más allá de lo material. la intuición es nuestro sexto y más relevante sentido. Y sin embargo, la menospreciamos. La ciencia la considera casi como una anomalía. ¡Qué grave e inexcusable error!
Cuando nuestra educación comprenda que una de sus principales responsabilidades es desarrollar y cultivar la intuición, recién estaremos enmendando el rumbo. Recién entonces, potenciaremos a nuestros jóvenes para enfrentarse a un futuro incierto. Recién entonces les daremos herramientas para adaptarse a los exhorbitantes cambios que nos depara el mañana. Recién entonces estaremos educando correctamente al cerebro y explotando su verdadera capacidad. 

Transformar a la educación para potenciar la intuición es el primer paso, en la dirección correcta. Y por lo tanto, el más importante en el cambio de rumbo que se necesita para preparar a la humanidad para la nueva era.  Una educación orientada a procesar hechos y datos, es apenas computacional. Una educación orientada a intuir respuestas, es asombrosamente artística. La diferencia entre ambos enfoques es sideral. Dará lugar a personas muy diferentes. ¿Autómatas o Artistas? esa es la pregunta.
Si la educación nos ayudara a desarrollar la capacidad de percibir aquellas energías invisibles que nos rodean desde muy niños, seríamos mucho mejores personas. Más sensibles, más empáticos y más comprensivos. Y sobre todo, más compasivos. Seres humanos más intuitivos, eso es lo que necesita el mundo. Y eso es lo que la educación nos niega. Ya es tiempo de cambiar. Eso es lo que algunos intuimos.

lunes, 17 de julio de 2017

Educar cerebros para tener un país pensante


Los extraordinarios avances y descubrimientos de las neurociencias cognitivas nos han abierto una ventana de oportunidad para transformar la educación siguiendo un camino científico, que permitiría optimizar los cerebros de nuestros jóvenes y evitar el irresponsable derroche de talentos que impera en las escuelas.

En las últimas décadas no solo hemos avanzado en comprender como funciona nuestro cerebro sino que también hemos desenmascarado algunos mitos que sostenían prácticas educacionales de cuestionable eficacia.
Tal vez la sorpresa más auspiciosa acerca de nuestro cerebro es su notable plasticidad. Allí existe un potencial insospechado para la educación del cerebro humano. Mientras exista vida, podemos reconfigurar nuestra arquitectura neuronal. Siempre se puede aprender una nueva habilidad, independiente de la edad que tengamos. 
Nunca es tarde para aprender.
La producción de nuevas neuronas es un proceso que continúa durante la mayor parte de nuestras vidas. Y la capacidad de procesar información tiene directa relación con la densidad neuronal y la cantidad de interconexiones. Mientras estemos vivos, nuestro cerebro se adapta al trabajo que le encomendamos. 
Nunca se termina de aprender.
Si queremos aprovechar nuestro cerebro, debemos incentivarlo a trabajar duro y fortalecer las conexiones neuronales. Ejercitarlo continuamente y progresivamente. La escuela debe ser un gimnasio cerebral con muchos aparatos. Y los profesores deben ser entrenadores exigentes. El ambiente escolar debe estar enriquecido con múltiples estímulos y diversidad de interacciones. 
Siempre podemos aprender más.
Nuestro cerebro cambia permanentemente, adaptándose a las condiciones en que se desarrolla. Nadie está condenado por haber vivido situaciones difíciles, porque si las condiciones cambian, el cerebro también lo hace. Si bien es cierto que la desnutrición, la contaminación y el aislamiento social son detrimentales, no son condenas perpetuas. El cerebro puede revertir las adaptaciones adversas ante nuevas situaciones. El cerebro es resiliente. Se rehabilita. 
Siempre hay esperanzas. 
El cerebro opera mejor cuando interactúa con otros cerebros. Como una orquesta. Es un organismo social y empático. Aprende observando y comprendiendo a los demás. Se estimula con la presencia de otros cerebros a su alrededor. Y piensa mejor colectivamente. Por eso, la relación con otras personas, más maduras y sabias que nosotros, mejora nuestra capacidad de resolver problemas.
La inteligencia es contagiosa.
Las huellas de nuestra evolución como especie y de nuestra historia personal están escritas en nuestra arquitectura neuronal. Somos criaturas prematuras y necesitamos el cuidado de nuestros mayores para sobrevivir. La educación debe ayudarnos a sobrevivir, a relacionarnos con nuestros semejantes y adaptarnos al medio ambiente natural y cultural en que vivimos. Con confianza, podremos pensar mejor y desarrollar nuestros talentos. 
La educación es un proceso evolutivo. 
Pero la sorpresa mayor que hemos encontrado al estudiar nuestro cerebro, es reconocer que no somos seres racionales, sino emocionales. Nuestras decisiones se toman casi instantáneamente, antes de que razonemos e influídas fundamentalmente por nuestras emociones y sentimientos. Solo después de actuar, nuestra razón justifica nuestra decisión y conducta. Somos seres que tomamos decisiones emocionales. 
Debemos educar a nuestras emociones.
El peor pecado del profesor es desconocer cómo se desarrolla el cerebro de un niño. Un pecado que se origina en las facultades de educación que no incorporan las neurociencias cognitiva en la formación inicial docente. Porque lo que un profesor hace es conectar neuronas. Mientras más conexiones logre, mejor profesor es.
Debemos educar cerebros.
Ahora, si el cerebro es plástico y la educación lo moldea, la educación no debe ser rígida sino flexible. Debe adaptarse a niños cada vez más inteligentes, más sociales, mas interconectados y más informados. Si el cerebro es un órgano que se modifica a si mismo, la educación debe hacer lo propio. Dejar de uniformar conductas para dedicarse a desarrollar talentos. 
La educación debe formar cerebros diversificados. 

Por todo esto y mucho más, la tarea más relevante de la educación debiera ser curar, cuidar, entrenar, conectar y estimular los cerebros de nuestros jóvenes. Solo así, nuestro país tendrá el potencial de capital humano que se merece. 





lunes, 10 de julio de 2017

La corrupción será derrotada

Después de escuchar al diputado René Saffirio en Tolerancia Cero, quedé angustiado con el nivel de corrupción que infecta a nuestros políticos. Los partidos  están podridos. Se han acostumbrado al poder y lo usan para su propio beneficio, vistiéndose de servidores públicos. El olor del dinero parece ser irresistible para ellos. ¡Qué vergüenza! 
Lo más preocupante es que es algo transversal. No son unos pocos. No hay algunas manzanas podridas. La cosecha entera está contaminada. Todos, absolutamente todos, están involucrados. Incluso el propio Saffirio, como el mismo reconoció y como seguramente sus pares ahora se encargarán de demostrar. 

¿Porqué demoró tanto en destaparse la hoya? me pregunto yo...

Saffirio tiene un mérito, eso si podemos reconocerle. Se atrevió a decir... ¡basta! Y eso lo distingue del resto. Bien por él. Porque a las autoridades tampoco podemos exigirles santidad. No se trata de eso. Son humanos y perfectibles. Pero no podemos minimizar la tragedia enorme que vive nuestro país. Tenemos que aceptar de una vez por todas, que la política está desprestigiada porque actúa como una mafia. Pronto veremos como aquellos que intentan salirse del sistema, son amenazados y políticamente asesinados. Viendo el programa, me pareció que al día siguiente tendrían que renunciar al menos 2 ministros. Pero no me extrañaría que la denuncia sea minimizada, escondida bajo la alfombra y que los medios cedan a las presiones del lobby, obviando la grave denuncia. Veremos...

Tampoco debemos pensar que es un problema estrictamente nacional. Todos los días se destapan hoyas de apestosa corrupción alrededor del mundo. Vale la pena preguntarse seriamente si la democracia representativa es un sistema que funciona bien. Aunque la pregunta sea retórica, porque funciona bien para los que tienen poder y ellos la defenderán a muerte. Como hacen los gánsters. Ajusticiando a la fuerza a quienes pretenden quitarles su modo de sustento. Pero sospecho que no funciona bien para la gran mayoría. 

No puedo creer que nos sintamos bien representados por estos arácnidos que tejen y retejen redes de influencias para defender los intereses de los suyos sin considerar los efectos sobre los inocentes. Actúan como arañas que se esconden en los rincones para salir protegidas por la oscuridad, a alimentarse de lo que caiga en sus redes. 
Las excusas que dan los "honorables", que rechazaron el informe Sename II, son patéticas. No creo que ellos mismos se las crean. Tienen tanto ego y autoestima, que probablemente piensan que la gente es tonta y que se tragarán sus palabras sin la debida reflexión. Pero ya sabemos que le pasó a Icaro, cuando voló tan alto que el Sol derritió sus alas. Mientras más alto estén, más fuerte caerán. Nadie se puede desentender de las consecuencias de sus actos. Y los políticos menos que nadie. 

Las consecuencias pueden tardar, pero llegarán. La tecnología nos está haciendo vivir en un mundo más plano y transparente. Donde nuestros actos, pensamientos y huellas pasan a ser de dominio público. Esto está provocando una revolución cultural de proporciones inéditas. Las exigencias éticas se están incrementando. La tecnología está limpiando el deporte. Los controles anti doping son comunes. Los arbitrajes supervisados por videos han higienizado el rugby y el tenis y ahora está eliminando los actores teatrales del futbol. La tecnología es nuestra esperanza. Expone y condena las debilidades humanas. Nos obliga a ser más auténticos. Los hipócritas a la larga se extinguirán. Será una batalla larga y difícil pero la guerra contra la corrupción es necesaria para la supervivencia de nuestra especie. Y finalmente los arácnidos serán derrotados  Nuestros nietos vivirán en una sociedad menos opaca. Y mucho más justa. La historia finalmente desenmascarará a los corruptos. 

Por el momento, el ciudadano común y corriente debe tener más cuidado con qué ideas alimenta a su mente. Debe discernir cuando está siendo utilizado por esas redes de presión y atreverse a llegar a conclusiones independientes. El hombre de a pié, debe sospechar de las máscaras demasiado prístinas y reconocer los intereses oscuros detrás de las sugerencias de terceros. El ser humano debe perder su ingenuidad, especialmente con sus congéneres. 
Un consejo para los jóvenes: Reflexionen bien antes de actuar. Sus almohadas son mejores consejeras de lo que creen y les ayudarán a dormir bien. ¡Consúltenlas!



lunes, 3 de julio de 2017

Educación, la clave de las elecciones presidenciales

Después de las primarias, comienza la verdadera carrera presidencial. Ya están definidos los candidatos del Frente Amplio y Chile Vamos y pronto se despejará la incógnita de la Nueva Mayoría (¿será un corral que corre a dos bandas, o se bajará un candidato?) y quienes serán los otros aspirantes, que son claramente menos favoritos y que difícilmente pueden dar el batatazo.  En cuestión de semanas, los presidenciables estarán en el partidor. Ahora, los chilenos tenemos que sopesar las ideas que propondrán y apostar por los programas que nos parezcan mejores para Chile. 
Mi abuelo era muy aficionado a la hípica y estudiaba con cuidado los aprontes previos de los caballos en pruebas semejantes, consideraba muy relevante el jinete que lo conducía y el peso que debía cargar el equino. Pero al momento de apostar, intentaba encontrar la clave que definiría la carrera. Ese aspecto, tremendamente importante pero muchas veces invisible, que favorecería al triunfador. Nadie gana porque si, solía decir. Los jinetes ganadores saben encontrar la estrategia adecuada para triunfar.

A mi juicio, la clave que definirá la carrera presidencial de fines de año, será la Educación. Por varios motivos...
En primer lugar, porque fue la gran carta que enarboló la Nueva Mayoría en las elecciones pasadas y que la llevó a triunfar categóricamente. La educación es un tema relevante para todos los chilenos. Todos queremos una educación de calidad, porque eso asegura el futuro de nuestros hijos y nietos. Y por lo tanto, nuestro bienestar. De modo que apostar por una educación de calidad debiera dar dividendos. 
En segundo lugar, porque la estrategia que siguió el actual gobierno con la educación, fracasó rotundamente. El respaldo generalizado que tenía la reforma hace 4 años, se transformó en un rechazo categórico de 2 de cada 3 chilenos, según la última Adimark. Las expectativas no se cumplieron y hay una enorme frustración en torno al tema. Desde esta perspectiva, si alguien propone una estrategia distinta para lograr esa anhelada educación de calidad, puede conquistar a esos numerosos desilusionados.
En tercer lugar, porque no resulta difícil enmendar la fallida estrategia educacional. En lugar de sacarle los patines a las instituciones que avanzan velozmente hacia la calidad, hay que regalarle otros medios de propulsión a la educación pública. Ojalá más eficientes y robustos que los patines. ¿Como impulsar la educación pública? Adecuándose a los tiempos. Incorporando más y mejor tecnología. Colaborando, formando redes de cooperación y hablando el lenguaje de los nativos digitales. Aulas virtuales, cursos en linea con los mejores profesores. Realidad virtual. En todas las áreas, excepto la educación, la tecnología ha provocado transformaciones profundas. La educación no puede seguir esperando.
Por último, porque la educación es lo único que cambiará la mentalidad de nuestros ciudadanos. Como ya lo demostró repetidamente nuestra selección, cuando hay mentalidad ganadora, se puede aspirar a ser campeón del mundo. Y ese cambio de mentalidad que tanto necesita nuestro país, ese cambio cultural del pensamiento "chiquitito" a "creerse el cuento", es lo que verdaderamente nos hace orgullosos de ser chilenos. A todos los que tienen el corazón rojo... y que están satisfechos de haber salido subcampeones de la Copa Confederaciones, no por haber perdido la final, sino por estar dispuestos a perdonar al compatriota que cometió un error. Porque esa es la verdadera grandeza de nuestro pueblo. Levantarse cuando caemos. Pero no para quejarnos, sino para volverlo a intentar.

Por todo esto y mucho más, estoy convencido de que la carrera presidencial será ganada por aquel jinete que vistiendo los colores de la educación, tenga visión de futuro, criterios de largo plazo, perspectiva integradora y propuestas de rotundos cambios culturales. 
Un consejo para los candidatos de la elección presidencial:
¡Saquemos las anteojeras de nuestra educación y pongámosle alas a nuestros colegios!