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martes, 3 de enero de 2017

Mensajes inesperados

Recibí un mensaje inesperado
De la nada, una frase apareció en la pantalla de mi celular : "Todo lo que ocurra en este día es un mensaje que debes descifrar". Duró unos segundos y luego desapareció. Pensé que era un whatsapp, pero no provenía de ninguno de mis contactos. Ni aparecía en ninguno de los chats. Para todos los efectos prácticos, era un oráculo proveniente de una dimensión desconocida. Pareció tan real que no cabía adjudicárselo a mi imaginación. Y por lo mismo, quedó profundamente grabado en mi consciencia. Era un mensaje inesperado del Universo.

Todos los acontecimientos que viví ese día, al final del año 2016, según esa frase tendrían un significado implícito, profundo y misterioso. Mi tarea entonces, consistiría en descifrar el mensaje. Me sentí como participando en un capítulo de misión imposible. Y no pude evitar el desafío. Sencillamente quedé atrapado en el juego de analizar la narrativa tras los acontecimientos que ocurrían. Viví ese día como si estuviese inmerso en una película de misterio intentado adivinar la trama. Y lo que concluí, fue asombroso. Totalmente inesperado. 
Vivimos en una simulación
Dios es un cineasta... que habita en nuestro interior.
Proyecta un realidad virtual en 3 dimensiones con un manejo del tiempo no-lineal, para todos nuestros sentidos. Una realidad que es coherente con nuestra cosmovisión. Descubrí que vivimos inmersos en una película cuya duración no está predeterminada, porque en esa narrativa, somos actores con capacidad de modificar el guión. Improvisamos en función de nuestras experiencias y la trama de la película va evolucionando según nuestra conducta. En ese sentido, somos responsables de lo que sucede en esa proyección.
Nuestros pensamientos crean realidades
Al igual que en el cine, donde la película está hecha de una serie de imágenes estáticas, que se proyectan a una velocidad tal que nos parece que hay movimiento, en esta simulación en la que estamos inmersos, cada cuadro de realidad es un quanto de energía, que representa el presente. Si pudiésemos ralentizar la proyección podríamos ver que el espacio "vacío" entre el cuadro que representa la configuración energética del presente y el siguiente cuadro de , que representa la configuración energética del futuro inmediato, es un espacio de las posibilidades que nos ofrece el presente. Es allí donde los actores escogemos el siguiente quanto de energía. El futuro, entonces es una secuencia de infinitas posibilidades. Y el pasado es sencillamente nuestra interpretación de los hechos acontecidos. 
Ahora bien, la película que proyecta Dios, ¡es una historia de amor! Porque esta es la energía que mueve al Universo y también la energía que motiva al ser humano. Y si comprendemos esto, tendremos una gran ventaja para tomar decisiones que afectarán nuestro futuro. Como alguna vez dijo un papa: ¡el amor es más fuerte!. Esa es la fuerza del Jedi, es la fuerza evolutiva, es la motivación vital. 
Podemos entonces, vivir en un drama, en una comedia, en una aventura, o un romance, o incluso en algo que contiene algo de cada una de estas posibilidades. Nuestra vida es compleja, pero nuestra realidad se materializará en función de nuestra historia (nuestras interpretaciones previas) y de nuestras decisiones (comportamiento). Infortunadamente, no estamos conscientes de esto. 
El amor mueve al Universo
De acuerdo a esta analogía, vivimos en un cosmos de energía caótica y benévola, en permanente transformación. Por eso, el cambio es inevitable e imprevisible. El tiempo es, como decía Einstein, una ilusión persistente. Y nuestra realidad se transformará de acuerdo la energía que domine nuestro actuar. En la medida que estemos más alineado con la energía amorosa del Universo, más podremos fluir en nuestras realidades. En la medida que nos desviemos de ella, más difícil será nuestra realidad.
Lo curioso es que la ciencia recién está llegando a una conclusión que las distintas religiones ya propusieron hace siglos. Estar motivado por una energía positiva, bondadosa y generosa, actuar por amor, es la receta que el Universo me estaba recomendando para el 2017. Por eso, quiero compartirla con ustedes, y desearles que el año que recién comienza esté teñido de cariño y generosidad. Solo así lograremos que el presente caótico que enfrentamos se transforme en un futuro de oportunidades.
¡Que el amor sea la energía predominante en sus vidas durante este año recién nacido!



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