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domingo, 6 de diciembre de 2015

Un curso de felicidad

El viernes pasado, en una conversación acerca los contenidos que debía tener una Academia de la Felicidad, confesé que mi principal motivación para trabajar en educación era aumentar la felicidad del ser humano. No quiero parecer soberbio, pero dediqué muchos años a dictar cursos de desarrollo personal. Allí conocí a muchas personas que se sentían  incómodas con sus historias. Sostuve que yo reconocí ciertas herramientas o técnicas para aumentar el bienestar y que enseñándolas vía la educación, podríamos formar una generación más feliz. Hace falta gente más contenta y realizada.
¿Qué esperas?, me dijeron y me desafiaron a comenzar en marzo próximo, un curso en la academia de la felicidad que enseñara a disfrutar de la vida. ¡Creo que lo haré! Pero el curso comenzará aquí. En este blog. Agregaré una página con los contenidos del curso. Allí habrá material que permitirá acceder a una serie de recomendaciones probadas que mejorarán nuestra calidad de vida. Se trata de recopilar una sabiduría simple y muy humana, que hemos desechado en busca del éxito económico. ¿Porqué nos dejamos engañar por el espejismo del dinero? No lo sé. Pero allí no habita la alegría. Algunos dicen que ayuda, y puedo entender esa declaración, pero si nos permitimos terminar el curso, veremos que allí también hay supuestos que podemos cuestionar.
Todavía no tengo claro como se organizará el curso. No tiene una estructura preconcebida. Cada publicación será un paso. El recorrido lo iremos construyendo en el tiempo y aunque sé que debemos visitar algunos lugares, prefiero que esta aventura no tenga un itinerario demasiado rígido. En esto, estoy con Antonio Machado: 

"Caminante, son tus huellas

el camino y nada más;

Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar."

Les cito este poema porque quiero aclarar que no hay un camino hacia la felicidad. Hay tantos caminos como personas existen. Nuestra historia personal es aquellas huellas de las que habla Machado y es nuestra y de nadie más. Nuestra vida se vive cuando la vivimos nosotros. Realmente no la vivimos como nuestra cuando seguimos los pasos de alguien más. 
Cada uno está invitado a recorrer este curso aceptando su propio pasado. Algo que ya ocurrió y que no podemos cambiar, pero que tiene repercusiones en nuestro mundo. Y de esas repercusiones debemos hacernos responsables. Nuestra estela, para bien o para mal,  afecta a los demás. Y nuestro camino lo hemos diseñado nosotros mismos. 
En este curso aprenderemos que nuestras equivocaciones sólo aparecen cuando miramos al pasado. Cuando reconocemos que los efectos de nuestros actos han sido muy diferentes a lo que imaginamos. Son, en buena medida, errores de interpretación. Nos equivocamos por inocentes. Y no por maldad. Esta consideración nos permite redimirnos, cualquiera  que haya sido nuestra historia. Incluso si la sociedad ya nos ha condenado. 
Todos pueden recorrer este camino hacia la felicidad, todos tienen derecho a ser felices. Lo curioso es que es también nuestro deber. De no cumplir con este deber, la vida nos castiga con infelicidad. Simple pero poderosa declaración. 
¡Ser feliz o no, es nuestra decisión!


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