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martes, 30 de noviembre de 2010

1er Paso hacia la educación del siglo XXI: Maestros del Conocimiento

Motivar a los profesores e incentivar el estudio de pedagogía.

La motivación de los profesores no es solo la remuneración. Al contrario, a pesar de las tradicionales malas remuneraciones muchos jóvenes estudian pedagogía con la ilusión de influir positivamente sobre la juventud. Los niños, su alegría, su futuro y sus logros, son la principal motivación de la mayoría de los profesores.
La sociedad debe reconocer la labor del profesor, debe intentar que la docencia sea una profesión respetada. De todas las influencias en nuestras vidas, pocas son tan profundas y recordadas como la inspiración de un buen profesor. Y sin embargo, es considerada una profesión de segunda categoría. ¡Que injusticia!
Peor aun, estudiar pedagogía es un callejón sin salida: Las alternativas de desarrollo profesional son pocas, acotadas y monotemáticas. Son demasiados los jóvenes frustrados por el sistema, que simplemente dejan de ejercer y pierden años de formación universitaria. ¡Que desperdicio!
Si queremos buenos profesores, tenemos que atraer buenos estudiantes a la carrera docente. Y para eso, debemos procurar que la pedagogía sea una opción que genere posibilidades concretas de desarrollo profesional futuro.
Idealmente la pedagogía no debe ser una carrera para ejercerla de por vida. Debe ser vista como un servicio comunitario por un tiempo limitado (3 o 4 años). Y este servicio debe dar derecho a obtener un grado académico de reconocido prestigio. Así, un joven profesor, puede optar a ejercer otras carreras, ampliar su mundo e idealmente, luego de desempeñarse en otras áreas, volver a la docencia con nuevas ideas.
En Finlandia por ejemplo, se requiere el grado de maestro, para ejercer de profesor. Es una profesión respetada y por lo mismo, muy demandada.
Si un profesor, luego de ejercer 3 años, puede optar al grado de maestro en cualquier disciplina complementaria, tendría posibilidades de encontrar carreras alternativas. ¡El callejón tendría salidas!
La rutina, la rigidez del sistema y la baja remuneración, tendrían como contrapartida, la contribución a la sociedad en esta etapa preparatoria para una nueva carrera.
Sostenemos que esta promesa atraerá a muchos jóvenes. A los indecisos y a los idealistas, entre muchos otros. Un profesor con una maestría, puede seguir dedicado a la educación (full-time como docente, investigador o administrador; o part-time, aportando sus conocimientos en otros áreas).
Una de las tendencias más significativas del mundo moderno es el aumento de los cambios de carrera en la vida profesional (carrera, no trabajo). En este sentido, esta carrera prepararía mejor a los jóvenes para los inciertos escenarios futuros. ¡Las carreras del siglo XXI están por definirse!

2 comentarios:

  1. Ello requiere profundas reformas en las Facultades de Educación, con excelencia académica entre sus docentes. Facultades que estén investigando y publicando, atreviéndose a innovar en la formación curricular. ¿Qué hacer cuándo el 75% de las pedagogías acreditan de un modo más que mediocre?

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  2. Es cierto, pero...¡hay que hacer algo al respecto! Impulsaremos reformas, investigaremos e innovaremos. Intentaremos cambiar el sistema por uno más justo. Cuando los profesores se conviertan en "maestros", tendrán alternativas y serán reconocidos por su verdadera contribución: ¡ayudar a construir un mundo mejor! Y otros seguirán su ejemplo.

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